Se hace raro despertar un día y comprobar que falta más de Trump, de éste o de aquel.
Es justo por ese motivo precisamente por el que la Reserva Federal ha convertido la primera reunión del año en una de las más insípidas que se recuerda. EEUU sigue creciendo moderadamente, el empleo progresa y es mejor no tocar ni anticipar nada en términos de política monetaria hasta saber algo más de las intenciones económicas de la nueva Administración.
El empleo hace tiempo que dejó de ser una preocupación para la Fed, aunque se siguen creando nuevos puestos. La ADP publicada ayer, a pesar de que no siempre es un indicador adelantado muy fiable del mercado laboral estadounidense, presentó casi 250.000 nuevos trabajos en el sector privado. Con la recuperación del petróleo y la inversión en todo lo que lo rodea, también el sector industrial ha dejado de ser una preocupación, contribuyendo a posibilitar que el ISM manufacturero alcance niveles máximos desde finales de 2014.
El equivalente europeo al ISM, el PMI de la zona euro, también está de enhorabuena gracias a seguir siendo capaz de subir cada mes, ya consolidado por encima de 55 puntos por el empuje de un mix periferia-núcleo. El potencial desestabilizador para el bloque que es el brexit sigue su curso después de que ayer el Parlamento aprobara activar el inicio del proceso de salida de la Unión Europea, por lo que ya empieza lo serio de verdad más allá de la demagogia. No se espera ninguna mención especial de la reunión del Banco de Inglaterra que hoy tiene lugar, aunque tampoco se puede descartar al 100%.
Por lo que a los resultados corresponde, buena parte de la atención de ayer correspondió a las entidades financieras europeas. Por importancia y portadas toca empezar con Deutsche Bank, cuyas pérdidas de 1400 millones de euros para 2016 son significativas, pero al menos se encuentran lejos de las múltiples veces que los medios y mercados lo dieron por quebrado durante el año. Otro que no ha tenido un año especialmente bueno es Unicredit. Para éste las cifras que llaman la atención son las de la recapitalización de 13.000 millones que da comienzo el lunes, una magnífica noticia para que el sector bancario italiano encauce la reestructuración. Por último y sin nada que ver con los problemas de los anteriores, está BBVA, que no sólo cumplía con las expectativas, sino que era capaz de volver a hacer del dividendo algo efectivo en euros.
Buen día.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones