Cuando definimos nuestros proyectos personales nos damos cuenta de que cada uno puede necesitar un plazo diferente para alcanzarlo. Estas diferencias de plazos nos permitirán poder asumir mayor o menor riesgo.
Combinando el plazo y el riesgo podremos aspirar a obtener una mayor rentabilidad que facilite la consecución de nuestros objetivos.
Por esta razón, puedes tener distintos perfiles de riesgo en función del objetivo de inversión que persigas.