Hace solo unos minutos que Draghi ha hablado en el foro de Sintra, dando a entender que reduciría aún más la facilidad de depósito y la posibilidad de empezar de nuevo a comprar deuda. Los bonos soberanos han seguido subiendo con fuerza y las rentabilidades de nuevo tocan mínimos. Para que se hagan una idea, hace un año el tipo de interés a 10 años en Europa estaba en el 0,88%. Hoy nos encontramos en el 0,25%. Si nos fijamos en los tipos más a corto plazo solo tendremos tipos positivos a partir de septiembre 2023. Y si nos fijamos en Japón, ese país que lo veíamos como la cuna de los tipos negativos, actualmente refleja a 10 años una rentabilidad de -0,13%, muy por encima del -0,30% en que actualmente está el bono alemán a 10 años.
¿Por qué nos encontramos en esta situación? Varias causas, pero la más importante a mi parecer se resume en una frase de nuestro economista jefe, Daniel Lacalle: “La política monetaria ha pasado de convertirse en una herramienta para apoyar reformas a una excusa para no hacerlas”. La poca responsabilidad fiscal de los gobiernos unida a la globalización y problemas de natalidad nos han llevado a esta situación.
Pero para ver cómo hay que invertir en bonos en esta situación de mercado, debemos saber cómo funcionan y su riesgo. Hagamos un repaso desde la deuda más segura a la más arriesgada:
- Cédulas hipotecarias
Estos bonos están supeditados exclusivamente al pago de las hipotecas, pero en ningún caso de la situación del banco. Si este quiebra, el poseedor de la cédula no asume ningún riesgo. Hay varios tipos de cédulas, unas que son menos arriesgadas (aquellas vinculadas con primeras viviendas y con un LTV* muy bajo) y otras donde el inversor arriesga más al ser una cédula donde hay mayor riesgo de impagos y normalmente no son primera vivienda. En todo caso, las cédulas descorrelacionan muy bien las carteras porque no están vinculadas a los movimientos de mercado y, por tanto, para la actual situación son recomendables.
- Pagarés
El mejor producto a corto plazo para las puntas de tesorería a través del mercado MARF con rentabilidades entre 0,20% y 1,50%, a plazos entre 1 mes y 12 meses.
- Bonos senior
Es la deuda más común emitida por empresas y bancos. Debemos diferenciar entre:
1) Bonos preferred: Son aquellos que no tienen capacidad de absorción de pérdidas en el supuesto que la empresa o la entidad entren en concurso de acreedores. A diferencia de las cédulas, estos bonos están dentro del balance, se usan como fuente de financiación y no computan para los colchones de capital que exige Basilea.
2) Bonos non preferred: Estos bonos se crearon a principio del año 2017 y buscan incrementar los colchones anticrisis tal y como obliga el regulador europeo. Por tanto, este tipo de bono tiene la capacidad de absorber pérdidas a diferencia del anterior. En otras palabras: debe tener una mayor remuneración que los anteriores por asumir mayor riesgo.
- Bonos subordinados
Mayor posibilidad de impago que las anteriores. Las rentabilidades son más elevadas porque se asume mayor riesgo. Por tanto, lo más importante para invertir en estos bonos es la confianza en el emisor. Si una empresa nos da confianza (baja deuda, incremento de ventas, incremento de beneficios…) debemos invertir antes en este tipo de bonos que en los bonos senior porque nos generan una mayor rentabilidad con un riesgo asumible.
Dentro de estos bonos quisiera destacar:
1) Bonos subordinados lower Tier 2: Son aquellos que tienen vencimiento y el pago de cupón es obligatorio cuando la entidad es viable.
2) Bonos subordinados upper Tier 2: Normalmente son perpetuos y los cupones son acumulativos cuando existe beneficio.
- Bonos subordinados de empresas
Deuda híbrida. Es deuda de empresas que computa al 50% como pasivo y 50% como capital. A cambio de un riesgo extra las compañías pagan un cupón mayor que a los bonos senior.
- Participaciones preferentes (AT1)
Suelen ser perpetuas. Están condicionadas a que haya beneficio distribuible y que se cumplan los ratios de recursos propios. El año que no se paga el cupón se pierde porque no es acumulativo.
- Bonos convertibles contingentes (CoCos) AT1
Otro bono del tipo Additional Tier 1 (AT1) son los bonos convertibles contingentes. Son productos nacidos de las nuevas medidas de exigencia de capital impuestas por Basilea III, que obliga a los bancos a tener una estructura mucho más conservadora, imponiendo límites al apalancamiento y exigiendo unas mayores reservas con el objetivo de hacer frente a escenarios adversos.En el nuevo entorno de Basilea III, los CoCos se han convertido en un recurso muy habitual de los bancos para cumplir con los requerimientos de capital, ya que suponen una fuente de capital más barata que las acciones y han sido muy favorecidas por la coyuntura regulatoria, puesto que nacen con el objetivo de recapitalizar los bancos en caso de necesidad de forma preacordada.Los CoCos permiten una recapitalización preacordada de la entidad financiera mediante conversiones en acciones o quita de capital al ocurrir una contingencia. Esta contingencia suele activarse cuando la cantidad de Tier1 en función de los activos ponderados por riesgo cae por debajo de un nivel. que normalmente tiene un mínimo de 5,125%. En el caso de que se active el nivel, el patrimonio invertido se puede convertir en acciones o sufrir una quita.
Entendiendo que el mercado de renta fija está cada vez más caro, el recorrido todavía no se ha agotado. Recordemos hace un año cuando nadie apostaba por los bonos soberanos y sin embargo desde julio del 2018 las rentabilidades están por encima del 7%. ¿Dónde está el final? Solo los bancos centrales lo saben y ellos nos dirán cuando debemos rebajar las duraciones para evitar los movimientos del último trimestre del 2018.
*Loan to Value (LTV): porcentaje de deuda sobre el valor del inmueble.
Gonzalo Ramírez CelayaDirector de Renta Fija