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14/06/2019 AUTOR: Salomé Bouzas Morning meeting

No habrá paz para los malvados

No habrá paz para los malvados bien podría ser una película producida por Donald Trump. Que si las divisas (en general) están artificialmente debilitadas frente al dólar, que si reunión en Osaka sí o reunión en Osaka no, que si me voy de la OTAN si Alemania continúa apoyando los gaseoductos rusos, que si la Reserva Federal se ha pasado de frenada con las cuatro subidas del año pasado…

A mí, personalmente, me recuerda al típico niño que dice que suspende porque su profesor le tiene manía. En este caso, creo que Trump piensa que todo el mundo se ha estado dedicando a perjudicar a Estados Unidos y quiere darle la vuelta a la tortilla y volverse el “guay” de clase (make America great again).

Mientras tanto, los mercados de renta variable no encuentran una tendencia firme y los sectores tradicionalmente más defensivos como el inmobiliario o el consumo vuelven a verse favorecidos tras algún tiempo condenados al ostracismo. Con la tecnología, como siempre, siendo la reina de la fiesta.

Pero en Reino Unido (y en Italia, y en emergentes, y en la OPEP…) también tenemos elementos desestabilizadores. El proceso para sustituir a Theresa May avanza impasible y el abanico de candidatos ya se va reduciendo. Boris Johnson continúa siendo el favorito en todas las quinielas y, como siempre sucede cuando un político llega al poder, su discurso con respecto al brexit ya ha comenzado a moderarse.

Mencionado el petróleo, el ataque ayer a dos petroleros en el estrecho de Ormuz agitaba su cotización. No es tanto por la carga que se pueda perder si no por el lugar y la situación. El sabotaje se produce en uno de los puntos estratégicos más importantes del mundo, por donde navega una parte importante de la producción de crudo a nivel global. Coincide, además, con la visita del presidente nipón a Irán con el propósito de mediar entre el régimen árabe y Estados Unidos. Veremos qué impacto tiene este hecho en la reunión de la OPEP (si es que se produce), pues Arabia Saudí y otros países del entorno ya estaban “calentitos” con Irán y su comportamiento en Ormuz.

La artificialmente alargada expansión económica que suma en Estados Unidos ya más de 10 años, tendrá un punto y final previsiblemente en no muchos trimestres. Puede que la clase política mundial le esté dando un empujoncito para que la recesión llegue antes, pero el deterioro de los indicadores macroeconómicos es claro desde hace prácticamente un año. Si no que se lo pregunten a la inflación, que en el caso europeo algunos ya empiezan a posponer hasta el año 2.050 que alcance los niveles del 2%.

Salomé Bouzas Romero
Dirección de Inversiones

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