Los días de paz y amor, gracias a los cuales la gran mayoría pesamos al menos un par de kilos más que hace dos semanas, han acabado.
Aunque los de Donald Trump acabaron algo antes, pues la liquidación (por decirlo de forma suave) del general iraní Qsam Sulaimane abrió la caja de los truenos en su relación con el país árabe. Desde Teherán prometen venganza aumentando una tensión que, en realidad, nunca terminó de desaparecer. Pero en lo que a nosotros respecta el más afectado es el precio del petróleo. Así, en las tres escasas sesiones de mercado que llevamos en este 2020 el crudo ha subido ya un 4%. Ayer, de hecho, Wall Street comenzaba cotizando la posibilidad de que una represalia iraní se materializase, con las rentabilidades de la renta fija cayendo pero, a medida que avanzaba la jornada, la falta de nuevas noticias empujaba a los inversores a favorecer nuevamente los activos con mayor riesgo.
En Europa la evolución de los mercados era muy similar, pero en este caso al calor de la publicación de los PMI del sector servicios de las principales economías de la región y del agregado. En general, todos superaban las expectativas y se mantenían por encima de los 50 puntos, salvo en el caso de Italia.
Para finalizar, hoy en la Carrera de San Jerónimo se celebrará la segunda votación de investidura. Con casi total probabilidad Pedro Sánchez obtendrá los apoyos suficientes para convertirse en el nuevo presidente de nuestro país. (Inserte aquí su opinión al respecto).
Buena semana.