Buenos días.
Las malas sensaciones que nos traen los indicadores económicos chinos volvieron a arrastrar a todos los mercados de valores mundiales a lo largo del día de ayer. Cosas que pasan cuando los mercados empiezan a cotizar la entrada en recesión de un país que crece al 7% … Hay desaceleración, sí, ¿pero tanta? A saber, los sufridores son todos aquellos directamente, y quizás demasiado, relacionados con la actividad de China, como pueden ser los vecinos exportadores de materias primas y bienes. Pero no tanto los países occidentales, que aunque tienen lazos comerciales estrechos con el gigante, disponen de mayor ratio de diversificación en número de destinos de sus productos.
Otra sesión más, poca importancia de la macro más allá de la china. El ISM manufacturero de EEUU pierde algo de fuelle en agosto al tiempo que el gasto en construcción crece por encima de lo previsto en julio, pero ni uno ni otro tienen peso alguno hoy por hoy. Algo más de relevancia tuvieron las palabras de Eric Rosengren, paloma de la Fed, al señalar a las posibles presiones deflacionistas llegadas de China como argumento para no endurecer la política monetaria norteamericana.
Similar fue el eco de las referencias macro europeas. Los PMI manufactureros agregados y por países no se disparan pero señalan que el crecimiento sigue en proceso de acoplamiento a la realidad del continente. Y en esa misma línea va el paro, que se sitúa en niveles de febrero de 2012, pero al fin y al cabo, ni unos ni otros.
Buen día.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones