A veces hay jornadas en las que todo lo que puede salir mal sale mal. Otras, tenemos días en los que todo lo que puede salir bien, efectivamente sale bien. Ayer fue uno de los que pertenecen a este segundo caso.
Empecemos por Oxford: cada vez hay una mayor esperanza depositada en la vacuna que están desarrollando entre la universidad de dicha ciudad y AstraZeneca, la cual habría dado resultados positivos con presencia de anticuerpos en aquellos que la han recibido, así como de las llamadas células T, cuya misión es combatir el virus y “explicar al resto del cuerpo” qué parte del coronavirus atacar (espero que ningún virólogo o especialista en sistema inmunológico lea esto, ya que la precisión científica de la explicación puede dejar algo que desear, pero la idea es correcta).
El caso es que justo una noticia como esta es la que todos llevamos tiempo queriendo escuchar, lo que provocó que las compañías ligadas al cuidado de la salud se comportaran ayer de forma especialmente positiva, acompañadas por los valores tecnológicos (¿En serio? ¡Qué sorpresa!) y los de consumo discrecional.
Pero como decía, ayer todo salió bien, despejándose también otra de las grandes incógnitas presentes en el mercado. Lo que muchos pensábamos que se iba a convertir en una serie de negociaciones estancadas que no alcanzarían ninguna solución, finalmente ha desembocado en un acuerdo por parte de los veintisiete miembros de la Unión Europea. El famoso Fondo de Reestructuración europeo es ya una realidad, siendo la primera vez en la historia en la que se accede a un endeudamiento conjunto del bloque.
Tras largas sesiones de negociaciones parece que se ha encontrado un punto medio al mantener el volumen del programa, 750.000 millones de euros, pero rebajar de forma importante la parte dedicada a subsidios (390.000 millones) frente a la que se articulará vía préstamos (360.000 millones). De estos, España recibirá unos 140.000 millones de un acuerdo en el que se contempla la posibilidad de que un país lleve a la Comisión Europea a otro en el caso de que haya un incumplimiento flagrante del destino de los fondos. Es decir, se evita la vuelta de los llamados “hombres de negro”, pero podría seguir habiendo unos “hombres de gris”.
Buen martes.