¿Y si Estados Unidos estuviese dejando de tener la sartén por el mango? Las elecciones presidenciales que se celebran dentro de algo más de un año empiezan a ser un lastre en la posición de fuerza que Donald Trump exhibe a la hora de negociar. El presidente está obligado a llegar a algún acuerdo, pues si el deterioro macroeconómico continúa, el segundo mandato se complicará, y él lo sabe. Además, en China, que no tienen ese problema de gestionar un país con plazos electoralistas, se han dado cuenta.
Ayer los mercados de renta variable corregían de forma significativa después de que se solapasen un cúmulo de situaciones, las cuales, por otra parte, también creemos que habrían provocado caídas de suceder en días distintos. Por un lado, la inclusión de varias compañías chinas en la “lista negra” del Departamento de Comercio americano, acusadas de ayudar con su tecnología a la detención de población musulmana en una región del país asiático. Esto conllevaba la retirada de los visados de entrada en Estados Unidos de varios funcionarios relacionados con estas actividades. Por otro, las negociaciones que se sucederán esta semana en materia comercial y en las que, sorprendentemente (o no tanto), era China la que frenaba las intenciones de la Administración Trump de llegar a un acuerdo pronto. Y, finalmente, y por si no fuese suficiente, el deporte se inmiscuye en donde no le mandan. Un directivo del equipo NBA Houston Rockets, de gira de pretemporada en Japón, publicaba un tuit de apoyo a las protestas que se están produciendo en Hong Kong. La respuesta fue un bloqueo comercial a todos los productos que tengan que ver con el equipo tejano. Y está por ver si los partidos que equipos como Lakers y Nets tienen previsto jugar en Shangai y Shenzen terminan por celebrarse. ¿Pueden enredarse en más ámbitos ambas potencias?
Y los mercados europeos, aunque contagiados por lo explicado en el párrafo anterior, también cedían terreno por situaciones propias. Me refiero, evidentemente, al brexit. Quedan poco más de tres semanas para la fecha límite y no parece que el conflicto tenga fácil solución. Boris Johnson sigue enrocado en su idea de no extender nuevamente el plazo y la Unión Europea no cambia su línea roja de la frontera irlandesa.
Y esto, que no es sino más episodios de las dos películas que llevamos viendo todo el año, es lo que tiró ayer de las bolsas y de las rentabilidades de la renta fija hacia abajo. Como dirían unos conocidos de nuestra infancia: “esto es todo, amigos”.
Buen día.