Octubre ha abierto como pocos querían que abriera en España, con una crisis institucional.
Una crisis sin visos de solucionarse en el corto plazo y que en lo económico ya ha empezado a hacerse notar, primero con la advertencia por parte del Banco de España, y seguido después por S&P, que a pesar de tener todo dispuesto para elevar el rating soberano, prefirió esperar por culpa del referéndum ilegal de Cataluña.
Lo de estropear una economía desde la política es tan viejo como la necesidad de justificar los sueldos de unos políticos que no los suelen justificar. Un buen ejemplo, si no de los mejores, es el brexit. Sin ser bien explicadas las consecuencias ahora toca pagarlas. La lectura definitiva del PIB británico del segundo trimestre vuelve a evidenciar el peso de esta decisión, aunque también es cierto que aún queda margen, lo que no quita una tendencia cristalina a la baja. Por el contrario, la confianza de los consumidores Gfk repuntó levemente, a pesar de que sigue en un terreno claramente negativo.
Esa otra clase de política que es la monetaria no acostumbra a valerse de las pasiones para sobrevivir, aunque la importancia para los mercados y los inversores es capital. Y para ella la inflación. En agosto en la zona euro esta se quedó donde estaba, en el 1,5%, gracias al impulso de la energía, pues la subyacente, la que no tiene en cuenta esta subpartida, retrocedió una décima. Pequeña victoria para el BCE, que seguro disfrutará del respiro sobre si es necesario retirar los estímulos o no.
En EEUU todo lo relacionado con la Reserva Federal está bastante telegrafiado como para permitir un cambio de rumbo soportable. Por eso y porque muchos indicadores están en niveles muy elevados es por lo que cuesta creer en el cambio. Así se entiende el poco impacto de la ligera caída de la confianza de los consumidores de la Universidad de Michigan o de los ingresos y gastos personales, sobre los que además pesan los efectos de los huracanes.
Por último, además del descenso del PMI manufacturero elaborado por Caixin, destacan las buenas sensaciones que deja el Tankan, representante de la confianza empresarial de Japón. Y destaca porque la subida está fundamentada en la mejora económica del archipiélago, así como del resto del globo.
Buen día.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones