Buenos días.
Pseudorrefranes: Qué fácil se ve la paja en el ojo ajeno, y qué fácil se ha criticado desde EE.UU. el impasse idiosincrásico de la Zona Euro…
Pero Washington vuelve a la actividad. Los políticos americanos se quedan sin vacaciones hasta que se pongan de acuerdo en algo sobre el inminente abismo fiscal. Y este ponerse de acuerdo puede suponer, paradójicamente, no llegar a ningún acuerdo y dejar que los ajustes automáticos (subidas de impuestos y cese de subvenciones) se apliquen a partir del 31 de diciembre, costando a la economía entre un 4 y un 5% del PIB (lo que supone entrada en recesión de la primera potencia mundial). Este escenario es el menos deseable a nivel global, lo que lo hace menos probable, sobre todo en las quinielas de los inversores para los pronósticos del próximo año.
Más deseable es que las negociaciones que hoy se retoman en el Congreso se salden con un pacto: bien de mínimos, bajo la promesa de alcanzar un acuerdo más profundo en un futuro (opción conocida como patada a seguir); o bien más sólido, pero que podría retrasarse hasta principios de 2013… Por si acaso, el secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner, anunció que realizará una serie de maniobras de ingeniería contable para retrasar la llegada al tope máximo de la deuda federal. No, no consta que Geithner haya trabajado en Goldman Sachs, pero sí en el FMI.
A estas alturas todos serán expertos en este episodio de encasquillamiento político en EE.UU. que está afectando a su propia economía (consumidores y empresas aplazan decisiones de gasto e inversión hasta saber qué pasará con los impuestos/subvenciones), y que afectará al resto del mundo en tanto que es la primera potencia económica con unos fundamentales en recuperación. Pero si no lo son, por los diarios españoles ya circulan manuales sobre lo que siempre quiso saber y no se atrevió a preguntar al respecto…
Elementos positivos: Japón y su nuevo (y antiguo) primer ministro, Shinzo Abe, cuyo Gobierno contará con mayoría absoluta en el Congreso y que ha sido ratificado por ambas cámaras, y cuyo mandato parece encaminado a ser del estilo “más madera”. Shinzo Abe defiende una mayor relajación de la política monetaria y un aumento del gasto para vencer la deflación y controlar la fortaleza del yen.
Buen día,
Montserrat Formoso Fraga
Directora de Gestión