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14/09/2021 AUTOR: Virginia Pérez Palomino Morning meeting

Invertir a largo plazo en bolsa está muy bien, pero ¡ojo!

Ayer, aunque por los pelos, se acabó la racha bajista en el S&P 500, que acumulaba cinco sesiones consecutivas con cierres negativos, algo que no se producía desde febrero de este año. A finales de agosto este mismo índice subía más de un 20%, la primera vez que ocurre desde 1997, y alcanzó un nuevo máximo todos los meses de este año. Increíble, 53 nuevos máximos antes de que terminara agosto, el mayor número jamás visto. El problema es que el S&P 500 no ha retrocedido un 5% en todo el año (el último retroceso del 5% fue en octubre pasado). Sin mencionar que septiembre es el peor mes para las acciones de este índice en los últimos diez, veinte años y desde 1950 y esto siempre inquieta. Pero la historia dice que los buenos comienzos de año tienden a ver un impulso adicional en los últimos cuatro meses. Los diez mejores comienzos de año anteriores tuvieron como promedio un rendimiento del 4,0% el resto del año.

Las subidas estadounidenses estuvieron lideradas por un repunte en las acciones de las empresas de energía (+2,94%). La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) prevé una mayor demanda de petróleo el próximo año, lo que dio impulso a los precios y, además, tras el huracán Ida la producción no ha vuelto a la normalidad y más de un millón de barriles al día de capacidad están dejando de bombearse.

Bueno, y aquí estamos, en Japón, en el mismo sitio que hace 31 años. Eso de invertir a largo plazo en la bolsa está muy bien, pero ¡ojo! que no todos los índices, ni todas las áreas geográficas han conseguido los mismos resultados.

El primer ministro japonés, Yoshihide Suga, que llevaba un año gobernando, dimitió la semana pasada y eso parece haber sentado bien al mercado nipón. Su nivel de aprobación había caído al 30% y es que la gestión de la COVID-19 provocó un severo deterioro de su posición, aunque la organización de los Juegos Olímpicos fuese un éxito. ¿Qué hay detrás de este empujón alcista? Sin duda los inversores apuestan por un futuro con mayor estabilidad política. ¿Solo eso? No. En realidad lo que subyace es la esperanza de un nuevo paquete de estímulos fiscales.

Mientras tanto en Washington, los demócratas afrontan nuevos desacuerdos en el seno del partido sobre los detalles de su proyecto de ley de salud, educación y clima por 3,5 billones de dólares. Las tensiones emergentes se centran en las opiniones contrapuestas sobre el dinero que se asignará a los distintos programas. Entretanto otros presionan por recortar o excluir partidas del proyecto de ley por el elevado incremento de déficit que va a suponer; incluso algunos han expresado su preocupación por el aumento significativo de impuestos al que llevará. La propuesta para el incremento de la recaudación incluye subir el tipo del impuesto de sociedades, el de las ganancias obtenidas en el extranjero por las empresas estadounidenses, aumentar la tasa impositiva sobre la renta, los impuestos sobre las ganancias de capital y un impuesto especial del 2% a las empresas que recompren sus propias acciones y que no sería deducible. Los republicanos, por su parte, continúan criticando este paquete de gastos que consideran completamente innecesario, especialmente dadas las preocupaciones por la inflación. “Lo último que los estadounidenses necesitan en este momento son billones más en gasto público que suban los precios, maten empleos y malgasten nuestros dólares de impuestos ganados con tanto esfuerzo”. —Representante republicano de Texas—.

La cuenta atrás ha comenzado y se espera que esta misma semana, en el Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes, se vote sobre estas propuestas.

Feliz jornada.

Virginia Pérez Palomino
Directora de Renta Variable

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