Conforme la expansión económica estadounidense muestra señales de agotamiento, las estrategias de inversión que incorporan fuentes de crecimiento estables y diversificadas aumentan su atractivo.
En los últimos meses, los inversores han tenido que hacer frente a una serie de señales contradictorias. En 2018, los mercados de renta variable tuvieron un final de año complicado, ante la falta de acuerdo entre China y Estados Unidos en sus negociaciones comerciales y el temor a que Estados Unidos esté ya en las etapas finales de su ciclo económico. Esta incertidumbre quedó reflejada en la decisión adoptada en enero por parte de la Reserva Federal, que anunció la interrupción de su programa de subida de tipos de interés. ¿Qué conclusiones podemos extraer de este panorama tan dispar?
– Hay muchos paralelismos entre hoy y finales de 1998: una corrección del 19% y una rápida recuperación y una breve inversión de la curva de rendimientos.
– Sin embargo, las condiciones actuales carecen de la sobrevaloración del mercado y de los excesos cíclicos de 2001.
La renta variable estadounidense volvió a registrar máximos históricos en abril, y las acciones recuperaron todo el terreno perdido tras el descenso del 19,8% registrado a finales de 2018. La gran magnitud de esta corrección nos recuerda en muchos sentidos a lo ocurrido en el mercado durante el verano de 1998.
Ese año, las tensiones de la crisis financiera asiática llegaron a las costas de Estados Unidos, y el índice S&P 500 cayó un 19,3% entre el 17 de julio y el 31 de agosto. Las turbulencias del mercado llevaron a la casi liquidación del hedge fund Long Term Capital Management (LTCM) en septiembre, lo que solo se evitó cuando la Reserva Federal intervino para facilitar un respaldo de 3.600 millones de dólares de 14 bancos y brokers. Con la economía y los mercados financieros tambaleándose, la curva de rendimientos se invirtió brevemente en septiembre de 1998. La Reserva Federal respondió invirtiendo el curso de su política anterior y recortando los tipos de interés en 50 puntos básicos (0,5%).
En última instancia, la volatilidad económica y de los mercados disminuyó y el mercado subió en los siguientes años. De hecho, el S&P 500 alcanzó un nuevo máximo histórico en noviembre de 1998, solo dos meses después de que se salvara LTCM.
Existen otros paralelismos entre el entorno actual y el de 1998. El mercado se vendió fuertemente, la curva de rendimiento se invirtió brevemente y el mercado se recuperó con fuerza, alcanzando nuevos máximos históricos y evitando una recesión. Además, al igual que en 1998, nos encontramos en medio de un ciclo económico alargado, y los valores tecnológicos son los líderes del mercado.
El periodo de finales de la década de 1990 y principios de la de 2000 es instructivo para los inversores, tanto por sus similitudes como por sus diferencias con el mercado actual. En ambos casos se produjeron breves e intensas correcciones, seguidas de breves inversiones en la curva de rendimientos, tras las cuales el mercado alcanzó nuevos máximos. En el caso de 1998, el mercado siguió subiendo a nuevos máximos durante otros dos años.
Sin embargo, creemos que una diferencia importante es que lo que finalmente derribó el mercado en el año 2000 —una tendencia a la sobrevaloración, la especulación y una economía que se está calentando demasiado— está en gran medida ausente del mercado y de la economía de hoy.