Las estrategias de renta fija de corta duración invierten en bonos con una duración corta, típicamente menos de 3 años. ¿Qué quiere decir duración? La duración mide la sensibilidad de un bono a los cambios en los tipos de interés. Los inversores deberían estar familiarizados con la relación inversa entre el precio del bono y una subida de los tipos. Si hay una subida en los tipos de interés, el precio del bono caerá, y viceversa. Los bonos con menor duración (por ejemplo, 3 años) normalmente se ven menos afectados por la subida en los tipos de interés y por tanto tienden a ser un activo con menos riesgo (menos volátil) que aquellos bonos con duraciones más largas (por ejemplo, aquellos con una duración de más de 5 años).
Para los inversores, navegar por esta inestabilidad puede ser gratificante, pero también costoso, ya que el momento de las compras o las ventas lo es todo. Los bonos de corta duración se vieron menos afectados por la inestabilidad financiera que los de mayor duración y ayudaron a proteger el capital en 2020. Si todos los estímulos económicos proporcionados por los gobiernos y los bancos centrales funcionan, deberíamos disfrutar de un periodo de recuperación consistente en la actividad empresarial, el empleo y posiblemente una mayor inflación. Esto será importante para los ahorradores a largo plazo, ya que buscarán proteger las rentas de las fluctuaciones de los precios de los bonos. Creemos que los bonos de corta duración pueden proporcionar rentas y estabilidad.
El apoyo del Banco Central ha impactado en los tipos de interés, que han caído a niveles muy bajos, llegando a ser en ocasiones negativos. Esperamos que el apoyo por parte del Banco Central se mantenga, incluso cuando comience la recuperación económica, pero no para siempre. Entonces, una vez comience la recuperación, ¿subirán los precios y los tipos de interés? En un escenario de recuperación económica, es posible que veamos subidas de precios que, a su vez, generen inflación y que los bancos centrales empiecen a reducir las ayudas, lo que provocará un aumento de los tipos de interés y de los rendimientos de los bonos. Debemos tener en cuenta que la inflación es uno de los peores enemigos para los inversores en bonos. Cuanto mayor sea la inflación, mayor tendrá que ser la yield de los bonos.
Creemos que es importante para los inversores tener exposición a clases de activos que se vean menos afectados por una potencial subida de los tipos. En este contexto, podemos esperar que los bonos con duraciones más cortas se comporten mejor a aquellos de mayor duración dada su baja sensibilidad a los movimientos de tipos, como ya se ha explicado anteriormente. Por lo tanto, los fondos que invierten en bonos de corta duración pueden aportar un valor añadido para los inversores que se encuentran atrapados entre el coste de mantener los depósitos, por un lado, y la subida de los tipos de interés, por otro. Estos fondos pueden ayudar a los inversores a generar cierta rentabilidad o rentas y proporcionar cierta protección frente a la subida de los tipos de interés.