En Europa, el universo de valores de mediana capitalización es muy amplio y diverso, con una nutrida representación de compañías familiares.
Estas empresas pueden crecer incluso cuando la economía mundial se desacelera, porque son suficientemente ágiles para enfocarse en sectores que crecen y captar las tendencias. No obstante, hay que saber seleccionarlas.
Para tomar las decisiones más acertadas, la mejor manera de abordar el universo de las empresas de pequeña y mediana capitalización siguiendo criterios ESG (environmental, social and governance) es tener muy en cuenta la calidad y la disponibilidad de datos que ofrecen. Ambos factores son fundamentales, incluso más que para los valores de gran capitalización. Para ello, ODDO BHF Asset Management decidió hace varios años desarrollar un enfoque absoluto best-in-universe, que limita el sesgo de tamaño y permite tener una perspectiva integral de los riesgos y oportunidades que conlleva cada empresa.
La empresa, como toda organización humana, no solo actúa movida por factores racionales y cuantificables. Por ello, consideramos que es muy importante mantener un diálogo, tanto financiero como extrafinanciero, con las empresas en las que invertimos. Nuestro enfoque ESG se centra especialmente en dos ejes principales: por un lado, en análisis del capital humano, del perfil de los directivos que gestionan los recursos humanos, verdadera palanca de los resultados operativos a largo plazo y, por otro lado, la calidad del gobierno corporativo, de la política de remuneración de directivos que componen el consejo de administración, fuente indiscutible de limitación del riesgo.
Nuestro enfoque, ha resultado especialmente adecuado al actual contexto postpandemia de la COVID-19. Antes de la crisis sanitaria, los participantes del mercado pusieron el foco justificadamente en las cuestiones medioambientales. En nuestro caso, siempre hemos considerado que las cuestiones sociales y de gobierno corporativo son esenciales para el análisis de las empresas mediante criterios ESG. La crisis de la epidemia de la COVID-19 ha puesto el acento en las cuestiones sociales. Creemos que ahora los inversores prestarán más atención a cómo se preparan las empresas para lidiar con situaciones extremas, gestionar su cadena de suministro, sus empleados y su alfabetización digital.
Para explicar de qué manera aplicamos este enfoque de manera práctica, el mejor ejemplo es nuestro fondo de renta variable ODDO BHF Avenir Europe*, gestionado sin sesgo de estilo ni apuesta macroeconómica, que busca modelos de negocio que crean valor a lo largo de todo un ciclo. Gracias a un estricto proceso ESG, a finales de 2019 el fondo obtuvo el sello ISR. Tras un primer filtro de exclusión sectorial, un segundo filtro permite eliminar las empresas con calificaciones más bajas en cuanto a capital humano y/o gobierno corporativo. Un riguroso diálogo con algunas empresas con mala calificación nos permite valorar las iniciativas de progreso, factor clave en el universo de empresas de mediana capitalización, en el que el contacto directo es imprescindible para obtener la información más exhaustiva posible.
Sirva de ejemplo concreto el propio análisis fundamental que realiza el equipo de gestión permite seleccionar valores que se distinguen por la solidez de su modelo de negocio y ofrecen oportunidades de desarrollo para diversos objetivos a largo plazo de sostenibilidad, como la salud, la eficiencia energética o la movilidad sostenible.
La unión de esta gran experiencia y un sólido enfoque en aspectos extrafinancieros resulta, por ejemplo, en el posicionamiento favorable del fondo en las cuestiones relacionadas con el clima y la transición energética. Al no estar expuesto directamente a las energías fósiles, la cartera presenta una intensidad de carbono ponderada más de cinco veces inferior a la de su índice de referencia. Al contrario, al seleccionar empresas como Alstom, SKF, Valmet o Barco, el equipo de gestión sobrepondera las soluciones de carbono en los ámbitos de la eficiencia energética y la movilidad sostenible.