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20/10/2014 AUTOR: Víctor Alvargonzález Jorissen Varios

¿Corrección o cambio de tendencia?

Es la pregunta del millón en estos momentos. En mi opinión, la respuesta está en que la pregunta que formulaba en mi artículo del pasado 4 de octubre (“¿Es posible un estancamiento económico global?”) se quede en pregunta o se convierta en afirmación.

No voy a aburrirles repitiendo el contenido del artículo y, además, vamos a ser prácticos y dar respuesta a la pregunta que titula este post. Sólo insistiré en una cuestión: la economía mundial es como el motor de un coche de seis cilindros: EEUU, la Eurozona, China, Japón, los países emergentes distintos de China (especialmente asiáticos) y los países europeos que no están en el euro. Al igual que ocurre en los motores, el coche puede andar sin uno o incluso sin varios cilindros. En la economía mundial, que además cada día es más interdependiente, los seis cilindros pueden estar funcionando a tope, por debajo de su capacidad o muy por debajo de su capacidad.

No insistiré tampoco en lo que ya todo el mundo sabe: el origen del miedo que les ha entrado a los inversores es que se paren o bajen bruscamente de revoluciones los seis cilindros a la vez. Por tres cuestiones fundamentales. No sobra recordarlas.

Por un lado, las de ‘origen europeo’:

  • Muchos inversores han decidido tirar la toalla ante la tenue respuesta del Banco Central Europeo (BCE), ante la debilidad de los datos europeos y el cada vez mayor riesgo de que Europa entre en un círculo vicioso estancamiento-deflación-estancamiento y que el BCE no use su arma más poderosa –o que llegue tarde-: la inyección masiva y agresiva de liquidez que representa el Quantitative Easing (QE). En otras palabras: que el BCE limite su actuación a las medidas que ya ha tomado, pero cuyo efecto sólo se nota a largo plazo. Aspirinas y vitaminas en lugar de antibióticos para curar una pulmonía.
  • La exasperante lentitud de las reformas económicas que harían de la Eurozona un sistema más dinámico, más competitivo y que, en algunos casos, funcionarían a corto plazo animando la demanda interna (Ej.: bajada ‘real’ de impuestos con cargo a reducción de gastos burocráticos y administrativos del Estado junto con venta de patrimonio no productivo).
  • El pulso que mantiene el BCE con los gobiernos de la Eurozona del tipo “si tú haces reformas, yo hago estímulos”.

En cuanto a los otros ‘cilindros’ de la economía, nos detendremos poco en EEUU y China, porque está más que descontado que la Reserva Federal de los EEUU (Fed) subirá en algún momento los tipos de interés y, por lo tanto, no es algo que afecte tanto al mercado. El otro, la «debilidad» de China, y lo pongo entre comillas porque hablamos de que, en lugar de crecer al 8% o 9%, va a crecer al seis y pico por ciento. Ciertamente es un “bajón” considerable. Pero esto también lo sabía ya el mercado antes de esta caída.

Lo que no estaba tan descontado es el daño que puede hacer esa debilidad china y europea a los mercados emergentes que dependen de la exportación. Tampoco estaba descontado que Norteamérica publicara datos algo más flojos de los esperado (lo que curiosamente podría detener la subida de tipos por parte de la Fed, lo que tanto temían las bolsas).

Entonces, ¿es una corrección o un cambio de tendencia?

La estrategia financiera se basa en asignar probabilidades a escenarios futuros. No existe la bola de cristal. Lo que hay es información. Datos, indicadores -especialmente los llamados indicadores adelantados -, políticas económicas, políticas monetarias, política por las buenas (o más bien las malas), etc.

Para quien no quiera leer el resto del artículo, empiezo por la conclusión: le doy muchas más probabilidades a que estemos ante una corrección que ante un cambio de tendencia.

Para quien quiera seguir leyendo y saber por qué opino así:

A más débiles los datos, más necesidad de acción por parte del BCE y menos por parte de la Fed. No puedo saber si el BCE y los políticos se quedarán sentados como hasta ahora mientras Europa se estanca. Pero de una cosa estoy seguro: un anuncio paralelo –o cercano en el tiempo– de que el BCE inicia un proceso de QE y que la Fed decide tomarse con más calma su cambio de tercio sería muy positivo para los mercados. Sin entrar en si a largo plazo es bueno o malo realizar políticas monetarias expansivas, que es importante, por supuesto, pero aquí estamos hablando de lo que puede ocurrir a corto plazo. A meses vista, no años.

Le doy muchas más probabilidades a que estemos ante una corrección que ante un cambio de tendencia

A nadie le interesa que se pare el “coche.” Alemania se considera inmune. Pero no lo es. Así lo indican mes a mes los datos tanto de crecimiento como de IPC que salen últimamente de su economía. Si sus clientes van a peor (la Eurozona, China y otro países emergentes), ellos también sufrirán las consecuencias. Y el día que eso sea tan evidente que ni el señor Weidmann –presidente del Bundesbank- pueda discutirlo, echarán discretamente a este señor, lo que será un gran alivio para la economía europea, la comunidad inversora y un impulso para las bolsas (ver “El Sr. Weidmann se equivoca”, artículo del 9 de julio de este año. Ojalá le hubieran enseñado la puerta entonces y le hubieran abierto la armería al señor Draghi).

El mercado americano ha subido mucho en los últimos cuatro años, pero, visto en perspectiva, no ha subido tanto, porque, como podemos ver en el gráfico que aparece a continuación, llevaba casi diez años parado, en lo que técnicamente se conoce como movimiento lateral y en la práctica como que “no he ganado un euro desde el año 2000 invirtiendo en el S&P 500”. Y más con la subida que ha tenido el euro gracias al “súper monetariamente duro” BCE.

Fuente: NED DAVIS RESEARCH

Lo que ocurre, en mi modesta opinión, es que:

  • Después de una fuerte subida, tiene que haber una fuerte corrección. Así son los mercados. No hemos tenido ninguna corrección seria en el S&P 500 en años.
  • Como decía en marzo en “Abróchense los cinturones: el inversor norteamericano vuelve a la bolsa”, el inversor particular norteamericano y los pequeños inversores que se habían perdido el rally –por motivos que explico en dicho artículo– empezaron a pensar que ellos también querían parte del pastel. Y eso trae mucha volatilidad. Aquí la tenemos. Pero no significa que haya cambiado la tendencia de fondo ni los hechos fundamentales que permitieron el inicio de la tendencia alcista, como son que EEUU se vaya a convertir en uno de los mayores productores de petróleo del mundo gracias a su superioridad tecnológica. O su capacidad y dinamismo para competir con los mercados emergentes.
  • ¿Grecia es un problema? Sí. Y lo será siempre. Hasta que no les den el alivio de dejarles salir del euro en condiciones favorables para evitar una transición dolorosa. Pero si en Grecia ganan los partidos que están ganando en las encuestas, parece que lo que opinan los griegos es que lo doloroso para Grecia no es salir del euro, sino seguir en él. Lo dije en su día y casi me comen, pero no veo que tiene de malo sacar del campo a un jugador tan seriamente lesionado y poco preparado para estar en el equipo. Pero Grecia no es un cáncer. Es un grano en el trasero. Y desde luego ni España, ni Italia ni Irlanda son comparables a Grecia. Lo que hay que oír cuando cunde el pánico. Y en el caso español, menos todavía después de que el señor de Sherwood (ver “¿Rajoy de Loksley o Sheriff de Sherwood?”) haya devuelto la credibilidad crediticia al país friéndonos a impuestos. También podría haberlo incluso mejorado económicamente apretándole un poco el cinturón a nuestro Estado gordo y glotón que tanto nos cuesta mantener, pero … Esa es otra historia. Y por ser justo, también hay que valorar positivamente las reformas que ha realizado. No. No somos como Grecia.
  • Los mercados se mueven, entre otras cosas, por miedo: miedo a estar dentro cuando caen, miedo a estar fuera cuando suben. Yo no tengo la respuesta al 100%, obviamente, ni al 70%, pero, personalmente, ahora mismo le tendría más miedo a estar “fuera” si el BCE inicia un QE europeo y la Fed anuncia su poca prisa en subir tipos o vender deuda, que a esta corrección. Como dice un gran gestor como Jacobo Blanquer, con los datos actuales, si la Fed quiere reducir su balance, le basta con dejar que se vayan amortizando los bonos que compró hace cuatro años para inyectar dinero a la economía.

Eso sí, la bolsa nos recuerda en esta ocasión, como en otras similares, dos cosas muy claras:

Si invierte con una visión a corto plazo, baje un punto su perfil de inversión al diseñar su cartera: si cuando sube la bolsa se considera equilibrado –inversor de riesgo medio-, haga una cartera conservadora. Y de ahí en adelante.

La bolsa, o tener participaciones en bolsa, o en fondos de renta variable, es sólo para quién en correcciones como esta –las ha habido mucho peores– duerma tranquilo. O sólo piense en cobrar el dividendo y se olvide de los altibajos. En caso contrario, debe tener una exposición menor. O nula. Recuérdelo cuando la bolsa vuelva a subir.

¡Buen fin de semana!

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