Se acerca la época de las comuniones y siempre nos surge la duda de qué regalar. Podemos ser originales y plantearnos regalar un «ahorro» y con ello empezar a inculcar a los más pequeños la importancia de hacerlo y, además, de forma sistemática.
Basándonos en la definición de ahorro —acción de separar una parte de los ingresos que obtiene una persona o empresa con el fin de guardarla para su uso en el futuro— vemos que la clave está en destinar una parte según recibimos el ingreso y no en pensar en guardar una cantidad después de gastar, que es una práctica muy habitual y desde nuestro punto de vista poco eficaz.
Es importante ser disciplinados y destinar una cantidad concreta y hacerlo de forma recurrente.
Igual de importante es hacernos la pregunta ¿para qué ahorro? Darle una finalidad o buscar alcanzar unos determinados objetivos, ayuda a ser diligentes a la hora de acumular. Con cada edad o etapa de la vida se busca cubrir unos determinados objetivos.
En Tressis nos gusta establecer un paralelismo entre el ciclo vital y el ciclo del ahorro.
A lo largo de nuestra vida y hasta llegar a la edad de jubilación nos centramos en objetivos más cercanos, como compra de vivienda, formación de nuestros hijos, viajes… y es al llegar a la edad de jubilación cuando nuestros objetivos se centran en complementar nuestra pensión y tratar de cubrir esa diferencia entre ingresos y gastos que se produce frente a nuestra etapa en activo para poder seguir manteniendo el mismo nivel de vida.
Con estas reflexiones, nos gustaría recalcar la importancia de trasmitir la idea del ahorro a las nuevas generaciones, para que tomen conciencia de que con ciertas rutinas se puede ir logrando una acumulación muy útil para poder alcanzar los posibles objetivos que vayan queriendo en la vida.
A esto hay que añadir la relevancia que tiene la inversión de ese ahorro, ya que con un buen asesoramiento podemos sacarle rendimiento a ese ahorro y que nos haga alcanzar los objetivos propuestos en un plazo más corto o cumplirlos de una manera más cómoda y holgada.
Aquí vienen a colación conceptos importantes como el horizonte temporal de las inversiones y la capitalización de los intereses y que vamos a tratar de explicar a continuación.
Cuando definimos nuestros objetivos nos damos cuenta de que cada uno puede necesitar un plazo diferente para alcanzarlo. Estas diferencias de plazos nos permitirán poder asumir mayor o menor riesgo en nuestras inversiones.
Combinando el plazo y el riesgo podremos aspirar a obtener una mayor rentabilidad que facilite la consecución de nuestros objetivos.
Asimismo, cabe señalar que no es necesario comenzar a invertir grandes cantidades. Hay productos que nos permiten empezar a canalizar el ahorro con pequeñas aportaciones. Podemos establecer incluso aportaciones periódicas que nos faciliten el no tener que estar pendientes de acordarnos de ese ahorro mensual. A esto hay que añadir la relevancia que tiene la inversión de ese ahorro, ya que con un buen asesoramiento financiero fiscal podemos sacarle un rendimiento que nos permita alcanzar los objetivos propuestos en un plazo más corto o cumplirlo de una manera más cómoda y holgada.
Para poder llevar a cabo estas rutinas de ahorro consideramos que ir de la mano de un asesor financiero es fundamental, ya que nos ayudará a establecer las diferentes inversiones o cestas de ahorro en función de los objetivos que persigamos y asignarles el perfil de riesgo más conveniente.
Desde Tressis pensamos que nunca es demasiando pronto para comenzar con rutinas de ahorro y de ahí la idea de trasladar desde las edades más tempranas las ventajas de hacerlo. Consulte con su asesor o póngase en contacto con nosotros para disponer de más información.