Las connotaciones no se hicieron esperar en los mercados, especialmente en los de renta fija. Si bien es cierto que las probabilidades de subidas de tipos por parte de la Fed no han variado significativamente, lo que sí ha cambiado sustancialmente es la posibilidad de que la institución lleve a cabo más ajustes de política monetaria. Al menos, eso parece que descontó ayer la deuda pública. Centrándonos en la deuda americana, el bono a dos años experimentó un alza de la rentabilidad exigida de cuatro puntos básicos, mientras que el papel a diez años lo hizo en diez. Con estos movimientos, la curva ganó algo de pendiente, aunque continúa invertida en 95 puntos básicos. Parece que los tramos más cortos dan señales de que las condiciones financieras van a ser restrictivas por más tiempo, mientras que lo más largos parecen indicar que el crecimiento (por el momento) no está en entredicho.
Imagen: Probabilidades asignadas a la decisión de la Fed para reunión del 26 de julio.
Fuente: CME Group.
En lo que respecta a la renta variable, los parqués no digirieron del todo bien las cifras macroeconómicas publicadas en EE. UU. Los índices se tiñeron de rojo y las ventas se impusieron tanto en Europa como en Estados Unidos y en los mercados asiáticos. En el caso europeo, los recortes fueron del 2,12% para el Ibex 35, del 2,93% para el Euro Stoxx 50 y del 3,13% para el CAC francés. Al otro lado del Atlántico, el S&P 500 se dejó un 0,79%, el Nasdaq un 0,82% y el Dow Jones un 1,07%. Finalmente, en Asia, el Nikkei 225 cedió un 1,70% y el Hang Seng un 3,02%.
Durante la jornada de hoy, por la tarde, verá la luz en Estados Unidos la creación de empleo del mes de junio en la que se espera una ralentización respecto al mes anterior (230.000 vs. 339.000) y que la tasa de desempleo baje una décima hasta el 3,6%. Ya lo decía Joan Laporta, presidente del F.C. Barcelona: “¡Al loro, que no estamos tan mal!”
Feliz viernes.
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