Los mercados globales de renta variable cerraron al alza esta semana, impulsados por sólidos resultados empresariales y una disminución en las tensiones relacionadas con aranceles. El rendimiento del bono del Tesoro estadounidense a diez años cayó 9 puntos básicos desde el viernes pasado, situándose en 4,237%. Mientras tanto, el precio del barril de petróleo Brent retrocedió un 1,6%, cerrando en 66,87 dólares y el oro bajó hasta los 3.320 dólares por onza tras alcanzar los 3.500 dólares el martes. La volatilidad, medida por los futuros del Índice de Volatilidad Cboe (VIX), se redujo a 24,8 el jueves, desde los 30 registrados la semana pasada.
Las acciones estadounidenses avanzaron, respaldadas por informes que sugieren una posible disminución de las tensiones comerciales entre EE.UU. y China. Las especulaciones sobre acuerdos a corto plazo con otros socios comerciales también aportaron optimismo. Además, comentarios recientes del presidente Donald Trump, suavizando su amenaza de destituir al presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, inyectaron confianza en los mercados. El índice Nasdaq Composite lideró las ganancias, recuperándose significativamente tras la caída de la semana anterior. Por su parte, las acciones de pequeña y mediana capitalización registraron su tercera semana consecutiva de avances.
Las tecnológicas fueron las protagonistas. Tesla subió casi un 10%, impulsada por sus planes de expansión en la India y cambios regulatorios que favorecen la conducción autónoma. Nvidia ganó cerca del 4%, demostrando resiliencia frente a las restricciones de chips hacia China. Alphabet destacó con un crecimiento del 12% en ingresos, un plan de recompra de 70.000 millones de dólares y el anuncio de un nuevo dividendo. Sin embargo, no todas las tecnológicas compartieron el éxito: Intel superó las expectativas bajo nueva dirección, pero arrostró ventas debido a dudas sobre su transformación a largo plazo. Por otro lado, compañías como T-Mobile y Skechers advirtieron sobre los primeros impactos de los aranceles, recordando que los riesgos persisten.
En términos generales, los sólidos resultados empresariales alimentaron el optimismo. Hasta el momento, el 35% de los componentes del S&P 500 han presentado resultados del primer trimestre de 2025; un 73% de ellos superó las expectativas de beneficios.
En cuanto a la confianza del consumidor, el índice de la Universidad de Michigan de abril se situó en 52,2, superando el esperado 50,5, pero cayendo desde el 57 del mes anterior. Las expectativas de los consumidores se deterioraron significativamente (de 52,6 a 47,3), reflejando preocupaciones sobre la inflación, el desempleo y las medidas gubernamentales.
En Europa, la confianza empresarial en el sector manufacturero de Francia para abril se mantuvo en 96, en línea con las expectativas, mientras que en el Reino Unido, las ventas minoristas de marzo aumentaron un 0,4% mensual, superando las proyecciones. A pesar del deterioro en la confianza del consumidor británico (-23 frente a -21 esperado), el consumo mostró resiliencia en los últimos meses.
La política monetaria sigue siendo un foco de atención. En EE.UU., la probabilidad de un recorte de tipos en junio cayó del 100% al 59%. En cambio, en Europa, los mercados anticipan otra bajada de tipos por parte del Banco Central Europeo en junio e, incluso, podría llevar la tasa de depósito al 1,50% a finales de año. Mientras tanto, los bonos estadounidenses mostraron un empinamiento pronunciado en su curva de rendimiento, reflejando temores de recesión e inflación persistente.
El mercado de crédito, aunque resiliente, mostró divergencias regionales. En EE.UU., los diferenciales de grado de inversión se estrecharon con dispersión sectorial, mientras que, en Europa, un entorno inflacionario más estable impulsó los precios tanto de los bonos de grado de inversión como de los de alto rendimiento.
La volatilidad sigue siendo la única constante. Con mensajes dispares de los bancos centrales, riesgos geopolíticos en aumento e inflación persistente, los mercados de renta fija representan un desafío. Sin embargo, Europa se perfila como un refugio relativamente seguro en medio de la incertidumbre.
Esta semana, la atención estará en datos económicos clave: el martes se publicarán el índice de confianza del consumidor de EE.UU., el índice de precios de viviendas Case-Shiller, las vacantes laborales (JOLTS) y el IPC de Australia. El miércoles destacarán los PIB de EE. UU. y la zona euro, junto con las ventas de vehículos, el índice de costos laborales y el PCE en EE.UU., además de la decisión de tipos del Banco de Japón. El jueves traerá las solicitudes de subsidio por desempleo en EE.UU. y las cifras de desempleo en Japón. Finalmente, el viernes se publicarán las tasas de desempleo en EE.UU. y la zona euro, junto con el IPC de la eurozona. Además, tras las reuniones celebradas durante el funeral del papa Francisco I, podríamos tener novedades en el frente geopolítico. Aunque, como diría Han Solo: «Tengo un mal presentimiento sobre esto». Pero los inversores saben que, en los mercados, siempre hay nuevas oportunidades.
Buen día.