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05/06/2018 AUTOR: José Miguel Maté Salgado Planificación financiera

Una nueva perspectiva

Una nueva perspectiva

En mis 30 años de vida profesional, dedicados desde el primer día a los mercados financieros y la gestión de patrimonios, he sido testigo de una evolución en la forma de prestar el servicio de asesoramiento financiero. En España, a pesar de que el cambio está siendo más lento que en otros países de nuestro entorno y que aún quedan muchas cosas por hacer, no hay marcha atrás.

Los cambios a los que me refiero se van a acelerar por motivos regulatorios, pero también por un cambio de las circunstancias y necesidades de los particulares, que obligarán a dedicar un mayor esfuerzo al ahorro y la gestión del mismo en el futuro.

El primer aspecto relevante es el cambio del modelo de cobro en la industria financiera. El cobro de comisiones por colocación de producto ha sido la práctica habitual en el sector hasta hace bien poco. Así, el éxito de un producto financiero se medía por la comisión que generaba para la entidad comercializadora en primer lugar y luego por la rentabilidad que le generaba al cliente. Las carteras de los clientes se construían con un conjunto de productos, considerados de manera aislada, pero con poca relación con su perfil de riesgo o circunstancias personales. Sin entrar en las consecuencias de esta práctica desde el punto de vista de los conflictos de interés, es evidente que no era lo adecuado para gestionar el patrimonio.

Las distintas crisis financieras, sobre todo la de 2007, la bajada de los tipos de interés y los cambios regulatorios provocaron un cambio en la industria, pasando a ser más habitual la construcción de carteras teóricamente eficientes para los clientes. La tolerancia al riesgo (capacidad de asumir pérdidas de manera simplificada), los conocimientos o incluso el volumen de inversión se empezaron a tener en cuenta a la hora de construir carteras. Y esto dio paso al cobro de comisiones como porcentaje de los activos gestionados o asesorados.

Durante mucho tiempo ambos mecanismos de cobro han coexistido, combinándose el derivado del producto con una comisión sobre los activos asesorados. Esta posibilidad, ya limitada por MiFID I, se elimina con la entrada en vigor de MiFID II, lo que debería contribuir a generar transparencia sobre los distintos servicios prestados por cada entidad y el valor de los mismos.

La industria va a dedicar mucho tiempo y esfuerzo a esta adaptación en el futuro próximo.

Sin embargo, crear una cartera adecuada al perfil de riesgo del cliente no es suficiente para hacer frente a los retos a los que nos vamos a enfrentar en el futuro. Por eso, en Tressis queremos ver las cosas desde otra perspectiva. Queremos tener una visión global sobre nuestros clientes, analizando sus necesidades, definiendo sus objetivos y trabajando mano a mano para conseguirlos, acompañándolos a lo largo de su vida para adaptarnos a sus circunstancias personales y a las que traiga el futuro.

Sabemos que vamos a vivir más, que el progreso nos va a obligar a adaptarnos y a adquirir más y mejor formación para nosotros y nuestros hijos, que todos tenemos caprichos o que queremos ayudar a cambiar el mundo. Por eso, diseñamos carteras y planes específicos para cada uno de los objetivos de nuestros clientes. Porque solo así seremos capaces de alcanzar nuestras metas.

Esto es Wealthinking, una nueva perspectiva.

Bienvenidos.

José Miguel Maté
Consejero Delegado

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