¿Será un terremoto político, para bien o para mal?

No hay nada especial que comentar de días como ayer, en los que parece sobrevolar un sentimiento de espera a algo.

¿Será un terremoto político, para bien o para mal? ¿O será un acontecimiento más, puramente de mercado ahora que todo son sonrisas?

Desde el punto de vista de los dirigentes (que tantas veces tanto hacen por enfangar) del mundo desarrollado, el debate preelectoral francés volvió a presentar a Macron como el candidato de Europa y del consenso; claro que esa imagen de solidez no ha demostrado ser garantía de éxito en las urnas durante los últimos tiempos. Por lo que asegurar que Le Pen no ganará puede llegar a ser una apuesta muy cara.

Cambiando al mundo de los indicadores económicos, se suma otra jornada que habla de fortalecimiento de la recuperación en EEUU y Europa, más o menos avanzada, gracias a que los pedidos de fábrica norteamericanos y las ventas minoristas del bloque comunitario presentaban sendas tasas de crecimiento. Ademas, la reducción del déficit comercial estadounidense mostraba una lectura doblemente positiva, pues el que las importaciones se mantengan más o menos estables viene a decir que la actividad sigue ahí, pero es que las exportaciones, en máximos desde finales de 2014, también hablan de una economía global al alza.

Se viene hablando mucho del petróleo y las variaciones del barril, que cierto es que ha recuperado con fuerza estos días, si bien esto suele obedecer más a factores de muy corto plazo que no vienen a solucionar el escenario de fondo, que no es otro que la guerra no declarada entre los productores de siempre y los de última generación. Es decir, creerse que se han solucionado, aunque sean mínimamente, los problemas que limitan el precio al alza no parece un ejercicio precisamente realista.

Buen día.

Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones