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22/07/2022 AUTOR: Daniel Lacalle Estrategias

¿Se acerca Estados Unidos a la recesión?

El debate sobre el riesgo de recesión está abierto. Para muchos analistas, el país ya está en recesión. El PIB real (producto interno bruto) en los Estados Unidos disminuyó a una tasa anual de 1,6% en el primer trimestre. El Nowcast de la Fed de Atlanta muestra una contracción del 1,5% en el segundo trimestre, aunque el consenso de analistas mantiene la cifra en positivo.

 

Sin embargo, las cifras son preocupantes. Según la Fed de Atlanta, “la estimación del modelo GDPNow para el crecimiento del PIB real (tasa anual ajustada a estacionalidad) en el segundo trimestre de 2022 es de -1,5% el 15 de julio, por debajo del -1,2% del 8 de julio”. Es un recorte enorme, -0.3% del PIB, en una semana. Continúan diciendo que «el pronóstico actual del crecimiento del gasto de consumo personal real del segundo trimestre y el crecimiento de la inversión interna privada bruta real disminuyó del 1,9% y -13,7%, respectivamente, al 1,5% y -13,8%, respectivamente». La inversión se desploma, el consumo apenas se mantiene al alza y, si miramos otros componentes, las importaciones se disparan mientras que las exportaciones suben menos de lo esperado.

 

Esta es la resaca tras la borrachera de los paquetes de estímulo masivo. Un impulso artificial al PIB en un año de más de dos billones de dólares estadounidenses de gasto excesivo generó un aumento no estructural del PIB que inmediatamente conduce a una contracción. Sin embargo, el aumento de la deuda se mantiene y los problemas estructurales son evidentes.

 

El mercado laboral muestra importantes debilidades. En junio, el número de parados de larga duración se mantuvo sin cambios en 1,3 millones. Esto es 215.000 más que en febrero de 2020. La tasa de participación laboral fue del 62,2%, la relación empleo-población del 59,9%. Ambas permanecen por debajo de los niveles de febrero de 2020 (63,4% y 61,2%) según la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS). Mientras tanto, la inflación se come cualquier aumento salarial y el aumento del salario medio real es negativo en 2022. Los ingresos por hora promedio reales disminuyeron un 3,6 por ciento, desestacionalizados, de junio de 2021 a junio de 2022, según informa el BLS.

 

El crecimiento negativo del salario real, el debilitamiento del consumo, la confianza del consumidor en su nivel más bajo de una década y el colapso de la inversión significan un elevado riesgo de recesión y que los planes de estímulo masivo no han creado nada más que deuda.

 

Las expectativas de inflación se están moderando por la razón equivocada: una recesión. Si bien estas expectativas se mantienen por encima de los niveles que consideraríamos normales (3,4% de mediana en tres años frente al 2% que llamaríamos “normal”), esta moderación proviene de la corrección en aquellas materias primas más ligadas a la actividad industrial. El petróleo y el gas natural se mantienen en niveles elevados, pero han corregido masivamente en un mes, lejos de los precios alcanzados en marzo. Sin embargo, ambos mantienen una subida extraordinariamente fuerte en lo que va de año y el efecto “invierno” se hace patente en las curvas de futuros que siguen en backwardation (señal positiva de precio a medio plazo). Además, el cobre, el aluminio y el mineral de hierro presentan caídas en el año, lo que demuestra que la actividad industrial no está mejorando como muchos esperaban. El Baltic Dry Index también ha corregido rápidamente, una señal de enfriamiento en las tarifas de flete. La desaceleración china es relevante, pero la demanda interna en los Estados Unidos se está contrayendo claramente en el último año.

 

El consumo también se está desacelerando debido a la alta inflación y su efecto sobre la renta disponible de los hogares. Por eso es clave que los bancos centrales contengan la inflación reduciendo la cantidad de dinero en el sistema y adaptando los tipos de interés a la inflación para contener la escalada de precios.

 

La mayor preocupación con respecto a la inflación es que la inflación subyacente —excluyendo el componente de energía y alimentos— continúa avanzando a cifras no vistas desde principios de los noventa.

 

La probabilidad de recesión en EE. UU. ha subido al 50% según el consenso de Bloomberg, y al 45% en la eurozona. Sin embargo, las condiciones crediticias siguen siendo sólidas y, aunque recientemente se han endurecido, están lejos de los niveles de crisis.

 

Casi todos los datos que apuntan a la actividad del sector privado están en contracción. La producción industrial de junio cayó un 0,2% en junio después de estancarse en mayo. La utilización de la capacidad industrial cayó al 80% después de haber sido revisada a la baja del 80,8% al 80,3% en mayo según la Reserva Federal. Esto ocurre mientras el sector de minería continuó subiendo 1,7% en junio tras aumentar un 1,2% en mayo por la alta demanda de petróleo y gas. El sector del petróleo y el gas mantiene viva la parte manufacturera de la economía.

 

La economía de los Estados Unidos casi no tiene exposición a la invasión de Ucrania o a Rusia. Tiene un comercio extremadamente limitado con Rusia. Los precios de la energía son elevados, pero Estados Unidos es independiente energéticamente. De hecho, se ha convertido en uno de los mayores exportadores de gas natural licuado a Europa, salvando así a la economía europea de cortes de suministro.

 

Si hay una recesión en Estados Unidos no es por la invasión de Ucrania o factores externos, sino por haber aplicado políticas inflacionistas incorrectas durante 2020 y 2021. Estados Unidos sufre la resaca de un conjunto de políticas keynesianas equivocadas. El elevado gasto público y la monetización masiva de la deuda han creado un problema en una economía que debería liderar el mundo por su ventaja en energía, tecnología y mercado laboral.

 

Pero recordemos que una recesión no es una crisis. Una desaceleración como esta implica que es probable que las subidas de tipos terminen en noviembre, tras las elecciones (“mid terms”) en EE. UU., y que la política del banco central seguirá siendo acomodaticia. Esto puede apoyar a la recuperación de los activos de riesgo y bolsas en particular ya que la revisión a la baja de estimaciones de beneficios ya está valorada en los precios en su mayor parte y la recompra de acciones mejora las perspectivas de la renta variable en Estados Unidos.

 

Daniel Lacalle
Economista Jefe

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