La semana que viene la Reserva Federal volverá a subir los tipos de interés. No es una afirmación categórica, sino cómo debe interpretarse el 96% al que ya cotizan las probabilidades que el mercado da para que así suceda.
La cadena de declaraciones de miembros del banco central en tal sentido alcanzó el sumun después de que Janet Yellen hablara de una «pronta» intervención en tal sentido, refrendada también por su vicepresidente. Afirmaba también la presidenta de la Fed que sólo una catástrofe en el calendario de indicadores evitaría el endurecimiento de la política monetaria, pero el ISM de servicios salía en un sentido totalmente opuesto, al nivel más alto en año y medio.
Para ver esto mismo en Europa aún queda mucho por esperar, aunque sí habrá que estar atento al mensaje del BCE este miércoles. Pero cuando uno se fija en Grecia, el brexit, la guerra interna de la derecha francesa, la falta de inflación de demanda y demás, comprende que la posibilidad de ver el inicio del tapering está bastante limitada. Eso a pesar incluso de que el PMI compuesto del bloque común está en el máximo de los últimos seis años gracias a todas las partidas y todos los países.
A nivel de compañías, la actualidad no ha estado en una temporada de presentación de resultados que ya termina con cierto optimismo, sino en la actividad de dos gigantes europeos. Al fin parece que Peugeot-Citroën se hace con Opel a cambio de 2200 millones de euros para convertirse en el segundo del sector en el continente. Aunque el protagonismo ha estado centrado en la ampliación ante la que el Deutsche Bank finalmente ha tenido que capitular, acompañada de una carta en la que pide perdón por haber realizado una gestión nefasta en los últimos tiempos, que ha puesto a todo la banca de Europa en el centro de la diana.
Buen día.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones
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