El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a solicitar que la Reserva Federal de Estados Unidos adopte tipos de interés negativos, a pesar de que varios miembros del panel de política monetaria del banco central rechacen la medida. Pero Trump no hacía nada más que pedir algo que lleva ya un par de semanas como una posibilidad encima de la mesa de los gestores de renta fija. Los datos de inflación no son buenos y una nueva bajada de las referencias del dinero podría ayudar a salir de la crisis causada por la pandemia y el desplome del precio del petróleo. También es cierto que aún es pronto para poder vislumbrar los efectos de la bajada de tipos anterior. Por ahora, la entidad monetaria está centrada en aportar liquidez al mercado y ya ha comenzado a comprar ETF de crédito corporativo. Queda mucho camino hasta que el balance del organismo alcance el 50% del PIB a finales de 2021.
A quien sí que parece que va convenciendo el presidente norteamericano es a China, país que ha anunciado nuevas exenciones de aranceles para productos estadounidenses. Desde la firma en enero de un acuerdo comercial preliminar o de primera fase, ambas partes han ido retirando paulatinamente los aranceles que se habían impuesto mutuamente a lo largo de los dos últimos años. Al menos alguna noticia positiva.
Como decía antes, los datos de precios de EE.UU. no han sido buenos. De hecho, el IPC estadounidense ha sufrido su mayor contracción desde el año 2008. Los informes macroeconómicos están resultando peores de lo esperado a nivel global. Ahora mismo ya poca gente espera una recuperación en forma de V en China y mucho menos en algunas de las economías europeas. ¿Pero qué podemos esperar de Europa? Cada Gobierno sigue a lo suyo, sin buscar puntos de consenso que nos ayuden a todos a salir de esta cuanto antes. Es cierto que hay países que están empezando a ver a los fantasmas del pasado, como Irlanda con su sistema financiero, pero no creo que esto sea excusa para la falta de diálogo entre nuestros gobernantes.
Tampoco las noticias corporativas de las últimas semanas son especialmente positivas. Tras el anuncio de ampliación de capital de Arcelor, ayer el presidente de Boeing anticipaba que esperaba la quiebra de alguno de sus principales clientes y comentaba que no esperaba una recuperación de los vuelos ni del 50% hasta final de año, devolviendo la presión a las aerolíneas.
Buen día.
Llámanos 
