La sesión de ayer borró de un plumazo la alegría que vimos el martes en las bolsas europeas. Las estadounidenses, sin embargo, llegaron a acabar en positivo después de las declaraciones de Mitch McConnell —líder republicano en el Senado— en las que decía que permitirían la aprobación de una extensión de emergencia del límite de deuda. No obstante, desde los máximos de principios de septiembre, índices como el Eurostoxx 50 o el S&P 500 han caído un -5,50% y un -5,00%, respectivamente. No parece mucho si empezamos a ojear cualquier medio financiero —y no financiero— y leemos la cantidad de noticias negativas que tenemos entre manos. No es que venga yo a decir que igual somos un poco exagerados, porque los temores inflacionarios no son moco de pavo, pero muchas veces no viene mal abstraerse de tanto ruido.
Entre tanto, sigue el pulso entre Rusia y la Unión Europea por el precio del gas. Algunos países se están quejando de que Rusia podría estar usando su posición como proveedor de referencia para impulsar el precio de la materia prima. En este tira y afloja, Putin, después de mostrarse algo reticente en anteriores declaraciones, dijo ayer que Rusia está lista para suministrar más gas natural para paliar la crisis energética. Como era de esperar, el precio del gas natural europeo se dio la vuelta minutos después:
En EE. UU., el Informe Nacional de Empleo que realiza la empresa ADP salió por encima de lo esperado (568.000 vs. 428.000 est.). Conviene recordar que este informe sale dos días antes de que el Gobierno estadounidense publique los datos sobre empleo y nóminas, y suele ser una buena aproximación. Hoy conoceremos las peticiones de subsidio por desempleo en EE. UU. y la producción industrial en Alemania.
Feliz jueves.
Llámanos 
