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27/06/2025 AUTOR: Daniel Lacalle Estrategias

El petróleo se desploma y se reduce el riesgo geopolítico

Petrolero en Ormuz

La guerra entre Irán e Israel parecía que iba a convertirse en una crisis geopolítica significativa. Sin embargo, la evolución del precio del petróleo demuestra que la situación era mucho menos peligrosa.

 

El ataque de Israel a las instalaciones nucleares de Irán se produjo después de una resolución histórica en junio de 2025 de la Junta de Gobernadores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que declaró formalmente a Irán en violación de sus obligaciones de no proliferación nuclear.

 

El régimen iraní argumenta que su programa nuclear tiene fines pacíficos y busca garantizar el suministro de energía. Este argumento tiene poco sentido, ya que Irán podría invertir en energía solar o eólica como otros países árabes, y su suministro energético está más que garantizado por sus enormes reservas de petróleo y gas. Irán ha acumulado más de 408 kilogramos de uranio enriquecido a un nivel muy cercano al 90% requerido para armas nucleares. Para fines pacíficos, solo se necesita uranio enriquecido al 3 o 4%.

 

La cantidad acumulada, muy por encima de las necesidades del sector de generación eléctrica, y la velocidad de enriquecimiento indican el riesgo de objetivos militares. Equivale a nueve bombas nucleares, con un tercio del uranio enriquecido producido solo en los últimos tres meses.

 

Los precios globales del petróleo reaccionaron de inmediato al conflicto. El crudo brent subió más del 11% en la semana posterior a los ataques iniciales de Israel, alcanzando un máximo de más de 77 dólares por barril. Goldman Sachs atribuyó este repunte, tras meses de debilidad, a la recuperación de la «prima de riesgo geopolítico», estimada en 10 dólares por barril.

 

Sin embargo, los precios del petróleo se han desplomado rápidamente y se sitúan ahora (24 de junio) muy por debajo de los 70 dólares el barril (brent), al hacerse evidente que la OPEP actuará de manera contundente. Los precios del crudo caen en lo que va de año y siguen significativamente por debajo de los niveles de 2022.

 

La OPEP compensa cualquier interrupción en la producción de Irán y garantiza el suministro global.

 

No es casualidad que la OPEP+ acordara dos importantes aumentos de producción al mismo tiempo que se hicieron públicas las conclusiones de la resolución de la OIEA. OPEP+ parecía estar preparándose para un evento geopolítico que podría haber ido desde sanciones severas hasta un ataque militar.

 

La estrategia de la OPEP ahora es clara. Se trata de compensar cualquier interrupción en la producción de Irán y garantizar el suministro global, especialmente al mayor cliente de Irán, China.

 

OPEP+ puede inyectar rápidamente 3,5 millones de barriles diarios de producción si necesita mitigar un shock en el suministro debido a interrupciones en las exportaciones iraníes.

 

Además, la producción de Estados Unidos, actualmente en 13,4 millones de barriles diarios, puede aumentar rápidamente a 14,5 millones de barriles diarios.

 

Los productores globales no estiman una interrupción grave, como lo demuestran sus decisiones en cuanto a añadir nueva oferta o contratar nuevas plataformas.

 

El riesgo de una interrupción regional más amplia podría ser evidente si las amenazas a la navegación en el estrecho de Ormuz se materializan, ya que por allí transita casi el 40% de las exportaciones mundiales de petróleo por vía marítima (16,9 millones de barriles diarios) y casi el 20% de las exportaciones de gas licuado (116,5 bcm), según JP Morgan. Sin embargo, el riesgo es muy bajo.

 

Irán nunca ha podido cerrar el estrecho de Ormuz. Omán y los países vecinos lo impiden y sabemos que los barcos se mueven sin dificultades. Es más, el 70% del tránsito por el estrecho de Ormuz va a China y los países asiáticos, y solo un 4% a Estados Unidos. Es decir, cerrar el estrecho de Ormuz sería devastador para la economía iraní y sus exportaciones de petróleo y, además, perjudicaría a su principal cliente y socio, China.

 

El Índice de Riesgo Geopolítico Global Caldara-Iacoviello subió a su nivel más alto desde la invasión rusa de Ucrania en 2022, pero cayó inmediatamente al conocerse el alto el fuego.

 

La reacción de otros miembros de la OPEP y líderes regionales sugiere que la escalada es menos probable de lo que se temía hace una semana.

 

La guerra sí ha generado un aumento significativo en los costes de barcos de petróleo. Las tarifas de flete para enormes petroleros (VLCC) que cruzan el estrecho de Ormuz se han duplicado, según Clarkson Research, pasando de unos 20.000 dólares diarios a casi 48.000 en una semana tras la escalada del conflicto. Además, las tarifas para buques que transportan productos refinados han visto un aumento de casi el 100%.

 

La navegación en el estrecho no se ha visto obstaculizada por el conflicto. Los barcos que transportan unos 20 millones de barriles de crudo y productos refinados diariamente a varios destinos continúan su tránsito sin dificultades.

 

Los riesgos no deben ignorarse, pero tampoco exagerarse. La posibilidad de un conflicto regional amplio es muy remota, y los productores de petróleo han respondido rápidamente a cualquier interrupción del suministro. Además, los sectores energético y naviero se han preparado para situaciones similares durante muchos años.

 

Daniel Lacalle - Firma Blog

Economista jefe de Tressis

Doctor en Economía, profesor de Economía Global y Finanzas, además de gestor de fondos de inversión.

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