Dos elementos fueron los determinantes para que el mercado americano (abierto a la hora de la rueda de prensa) recibiera con subidas las declaraciones del máximo mandatario de la Reserva Federal: por un lado, la eliminación de la palabra “paciente” de su discurso que utilizaba para definir la postura del organismo y, por otro, la falta del tradicional consenso en el seno del Comité. Ahora la actitud de la Fed ha pasado a ser acomodaticia y muchos de sus miembros abogan por la primera bajada de tipos desde el año 2008. Y alguno de ellos hasta por que se produzcan dos este año.
Sí, ya sabemos que la guerra comercial está impactando a la economía norteamericana pero, ¿y si de quien se está preocupando la Reserva Federal es de la salud global? Estados Unidos es una economía relativamente cerrada que depende en, aproximadamente, un 66% de su consumo interno. Está claro que algo afectará. ¿Pero tanto? (tómenlo como reflexiones de una servidora).
Menos «chicha» tuvo la reunión del Banco de Japón. Ellos siguen a vueltas con sus abenomics, intentando revertir su estanflación secular, utilizando la política monetaria para mantener los tipos a diez años en niveles de 0% y tratando de impulsar el consumo.
Más cerca de nuestros hogares, concretamente en Bélgica, los Veintiocho se reúnen para tratar de cubrir cuatro de los puestos con más poder de la Unión Europea. Se quedan vacantes las presidencias de la Comisión Europea, el Consejo, el Parlamento y, cómo no, el Banco Central. Los pasillos de Bruselas hoy deben ser iguales a los mejores momentos de House of Cards pero con Pedro Sánchez y compañía en lugar de Kevin Spacey.
Finalmente, Facebook vuelve a estar en boca de todos. Ayer presentaba el proyecto de su criptodivisa libra. Muchos pensamos en un primer momento que Zuckerberg podía haber escogido otro nombre para su moneda, pero claro, su libra en inglés es libra, mientras que la de los británicos es pound. Problemas de los que no tenemos al idioma más hablado del mundo como lengua materna. En cualquier caso, esta no ha contado con el éxito esperado, pues las dudas sobre su viabilidad son patentes y justificadas. El hecho de que una compañía cuyos escándalos recientes han sido relacionados con la privacidad controle todo un miniecosistema financiero no es muy tranquilizador. Además, las autoridades monetarias son entes públicos, entre otras cosas, para no verse condicionadas por ese interés en beneficiarse por el servicio dado y pensar solo en el bien común. Y para qué mentir: controlar el dinero supone ostentar un poder tan grande que no creo que los Estados dejen escapar.
Buen día.
Llámanos 
