Buenos días.
Lo que da de sí una portada. Ayer, el periódico de mayor tirada en Reino Unido, The Sun, pedía a sus lectores que se agarrasen a su última oportunidad para separarse de las incómodas reglas de Bruselas y de los perezosos e irresponsables países periféricos.
Esto, unido a las últimas encuestas que apuntan a una ligera mayoría de votos a favor de apartarse de la Unión Europea, provocaba que muchos inversores saliesen del mercado de renta variable para depositar su dinero en bonos del Gobierno alemán a diez años, pagando por ello.
Y así es que en esta época de récords, tanto de deuda sobre PIB como de bajos tipos de interés —algo que no se explica en las facultades de economía—, los bonos a diez años alemanes tocaban terreno negativo. No era el caso de la deuda española, que subía cuatro puntos básicos y cerca de veinte en una semana.
Pero mientras en Europa nos debatimos entre unión y desunión, en EE.UU. están a «sus historias». Hoy conoceremos, en rueda de prensa de Yellen, las conclusiones de la reunión de dos días del Comité de Mercado Abierto (FOMC), comparecencia en la que deberá dar explicaciones de por qué sí o por qué no (lo más probable) suben tipos este mes. Motivos existen en ambos sentidos, pero los malos datos de empleo conocidos hace dos semanas junto con la incertidumbre del brexit podrían ser algunos de los argumentos esgrimidos.
Del lado emergente, malas noticias para China. El gestor de índices mundiales, MSCI, decidía no incluir las acciones de la región dentro de los mismos aduciendo que todavía existen restricciones a su libre negociación. Este hecho llevaba a las autoridades a fijar de nuevo la divisa en un tipo de cambio en mínimos desde enero de 2011.
Buen día.
Pablo Nortes Planas
Dirección de Inversiones
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