Seguimos sin saber qué era aquello que se había atravesado en la relación entre China y Estados Unidos pero una simple llamada telefónica (gracias, señores Graham Bell o Meucci —no sabemos— por este maravilloso invento) del vice primer ministro Liu He a Washington ha servido para desencallar la relación.
Evidentemente, las bolsas lo celebraban con avances que llevaban al S&P 500 a marcar máximos históricos, otra vez. Los sectores más cíclicos eran los más beneficiados por este nuevo paso hacia un primer acuerdo.
No obstante, la gran actividad corporativa que se vivió ayer también animaba a los inversores a tomar posiciones en los activos de riesgo. A las ya mencionadas ayer, LVMH-Tiffany y Novartis-The Medicines Company, también se sumaba el acuerdo de eBay para vender StubHub, su división de venta de entradas, a Viagogo, y la oferta de Charles Schwab para adquirir TD Ameritrade.
Cambiando completamente de ámbito, debemos destacar la caída libre en la que está inmerso el bitcoin, en mínimos de 6 meses. La criptodivisa pierde ya un 50% desde sus máximos de junio, perjudicada por las presuntas investigaciones que el gobierno chino está llevando sobre Binance, una de las principales plataformas de negociación en el país. Adicionalmente, el ejecutivo está dejando claro que la compraventa de este tipo de activos no va a estar precisamente alentada, más bien todo lo contrario. Esto se debe a que las actividades con esta moneda escapan al férreo control de capitales del Partido Comunista de China.
Finalmente, tal y como anunciamos ayer, hablaremos sobre la próxima Cumbre del Clima que alberga Madrid a partir del día 3 de diciembre. La importancia de esta convención radica en que este enero de 2020 se extingue el protocolo de Kioto, al que debe seguir el Acuerdo de París (firmado en 2015) que trata de limitar el calentamiento global en los próximos años por debajo de los 2°C. Esta reunión es la última oportunidad para activar el programa con un respaldo, si no unánime, que al menos englobe a la mayor parte de los países emisores de gases de efecto invernadero. Además, se espera que en Madrid el compromiso se endurezca para mantener el incremento de la temperatura del planeta por debajo de los 1,5°C. Las molestias que los que vivimos en la capital española podemos tener que asumir durante esos días son más que justificadas si el resultado de esta cumbre es un compromiso férreo por parte de la comunidad internacional para tratar de evitar que sigamos explotando el planeta como si sus recursos fuesen infinitos.
Buen día.
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