Buenos días.
El mismo día que el Banco Mundial volvía a rebajar las expectativas de crecimiento mundial, conocíamos una serie de indicadores económicos que invitan, con moderación, al optimismo global.
Quizás sólo con la excepción de los bonos europeos, que cada día cotizan en un sentido u otro. Porque el bono alemán a diez años ha alcanzado nuevos mínimos de rentabilidad, claro que las compras del BCE acaban de ampliarse.
La tendencia mundial de crecimiento a través del consumo no cesa, y después de que el PIB de Italia y Francia confirmase que ésta es la partida que más empuja, el agregado de la zona euro nos dice exactamente lo mismo. También en Japón el consumo ha servido para corregir ligeramente al alza el crecimiento del primer trimestre, sólo que en este caso lo más positivo ha sido el que la inversión privada, que no la pública, ha sumado, mientras que los inventarios no han dado lo que se esperaba de ellos.
Dentro de este suma y sigue positivo enmarcado en un entorno de debilidad, otro punto positivo que da razones para apoyar las subidas de tipos de interés son los costes laborales unitarios, que, gracias al incremento de los salarios, han permitido otro trimestre de subida. Por su parte, los inventarios de petróleo volvieron a colocarse otra semana más por debajo de lo esperado, quién sabe si marcando una tendencia de largo plazo, porque en el corto, EEUU tiene más pinta de ser noticia por la guerra dialéctica entre Clinton y Trump.
Y el último dato del día, que no es todo lo bueno que parece a priori, es la balanza comercial de China. Porque ese incremento del superávit puede camuflar la caída de las exportaciones, que como viene sucediendo en los últimos meses, enciende las alertas que otros indicadores internacionales van apagando.
Buen día.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones
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