Jornada de recogida de beneficios por lo que pueda pasar hoy con la votación del brexit o mañana con la nueva ronda de negociaciones comerciales entre China y EE.UU. Además, estos días se reunirá la Fed, pudiendo lanzar un mensaje que no termine de convencer a los mercados.
Tampoco ayudaba que varias empresas achacaran a la ralentización del ciclo económico global y sobre todo de China sus malas cuentas trimestrales. Y que decir tiene que la decisión del Gobierno chino de subsidiar la compra de productos que dinamicen el crecimiento económico y reduzcan las emisiones contaminantes hace pensar que la situación del gigante asiático es peor de lo que los datos muestran.
Además, el cierre parcial de la Administración americana durante 35 días supone un impacto negativo de 3.000 millones de dólares, un -0,02% del PIB del país. En realidad, el impacto total asciende a 11.000 millones de dólares pero 8.000 millones se recuperarán una vez que los trabajadores federales reciban su salario. Resulta, por tanto, clave para el crecimiento que la reapertura temporal de la Administración se mantenga más allá del 15 de febrero, fecha en la que de no llegar a un acuerdo, se volvería a cerrar.
Pese a todo, los mercados cuentan con un gran aliado: los bancos centrales. Muestra de ello es que el BCE, apenas un mes después de cerrar su programa de compras, manifestó su disposición a reiniciar el QE “si las cosas van muy mal”, aunque no considera probable que esto suceda en 2019.
Hoy tendremos la votación del plan B en el Parlamento británico. Con el nuevo plan enmendado, May tendrá que volver a negociar con Europa, por lo que el mercado empieza a descontar que van pedir una prolongación de los plazos (29 de marzo) o que al menos llegarán hasta el límite de los mismos. Mientras, Apple y eBay podrían volver a dar síntomas de la desaceleración global.
Buen día.
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