El sentimiento actual no es precisamente positivo

La jornada de ayer volvió a servir para demostrar que muchos inversores están nerviosos con la valoración de las grandes tecnológicas.

Por segunda semana consecutiva los rumores de una posible menor demanda de los teléfonos inteligentes de Apple provocaban retrocesos de las cotizaciones. Además, este fin de semana será la verdadera prueba de fuego, puesto que muchas de las empresas del sector se la juegan en las jornadas de mayores compras del año por internet y aunque se esperan buenas cifras, nunca se sabe.

Otro sector que vivió ayer un día aciago era el de automoción. Carlos Ghosn, presidente de la alianza de los gigantes del automóvil Nissan, Renault y Mitsubishi, era arrestado en Japón por presunto fraude fiscal y por apropiación de recursos de la primera empresa. No está siendo el año de los coches, a pesar de que se están registrando cifras récord de ventas y que, a diferencia de las tecnológicas, sus valoraciones no son precisamente elevadas, sino más bien todo lo contrario.

Todas estas noticias nos muestran que el sentimiento actual no es precisamente positivo. Los inversores responden ante eventos no especialmente definitivos para las cuentas de resultados de las compañías con fuertes ventas que nadie se atreve a aprovechar. Tampoco ayuda el hecho de que varios miembros de los diferentes bancos centrales dejen entrever que el año que viene podríamos tener un crecimiento más débil que el actual y que los políticos no dejen de poner palos en las ruedas.

Una de las pocas señales positivas del día era el respaldo de los empresarios británicos al acuerdo del brexit. Por desgracia para May, no comparten esta visión ni sus propios compañeros de partido.

Buen día.