El mercado y sus vaivenes

En esta peonza que es el mercado, un día se desata el pánico al «tarifazo» comercial tan pronto como al siguiente se disipa casi sin dejar rastro. A golpe de tuit y contratuit no parece que los mercados vayan a poder respirar tranquilos, si bien no queda otra que acostumbrarse a mirar a ambos lados cada vez que «salgamos a la calle».

Sin ir muy lejos, ayer imperó la prudencia gracias a unas palabras del propio Trump, así que ganaron peso los asuntos europeos. Por un lado la posibilidad de que se rompa la coalición que sostiene a Merkel al frente del gobierno alemán con la inmigración en el centro de la discusión. Y por otro, y otra vez, la viabilidad de Deutsche Bank, que no ha recibido la aprobación de repartir dividendo en EE.UU. por no haber sido capaz de pasar el último test de estrés. En resumen, más de lo mismo en Europa, con la política y los bancos en el epicentro de cualquier potencial terremoto.

Poco importó a los inversores que la lectura definitiva del PIB estadounidense del primer trimestre se quedara en el 2%, dos décimas por debajo de las previsiones. Menos aún que este menor crecimiento se debiera al consumo, sostén del crecimiento tantos y tantos trimestres.

Tampoco le han dado mucha validez a los datos de inflación que se han venido dando en Europa a lo largo de estos meses, pues en todos los países sin excepción (por hoy no consideraremos al Reino Unido parte de Europa) la subida tiene su origen en la subida de los costes de la energía. Es decir, inflación de la que queremos no termina de haber. Mejor están saliendo los indicadores adelantados de la región, como dos ejemplos de ayer mismo: el sentimiento económico de la Comisión Europea y la confianza del consumidor alemán Gfk, los cuales, además de mejorar las perspectivas de la región, dan un respiro a lo que venían siendo.

Buen fin de semana.