Esta semana no es una de esas abundantes en lo que a novedades se refiere más allá de la espera al mensaje que pueda dar hoy el BCE.
Pero esta serenidad no es extensible a todos los mercados, puesto que la voracidad con la que los inversores siguen comprando tecnología no tiene fin. De ahí que el Nasdaq salte de máximo a máximo sin final a la vista.
De vuelta a las novedades de diario, el impacto que hoy puede tener el BCE es extraordinario. Mario Draghi tiene ante si la difícil papeleta de cuadrar un círculo casi perfecto, con el que debe contentar a los que quieren estímulos y a los que no. Si dice que siguen, muchos contentos porque la fiesta de la liquidez desmesurada se mantiene. Pero en caso de recibir el mensaje opuesto ya hemos visto cómo reaccionan unos inversores extremadamente dependientes de los bancos centrales. Por divagar, podemos divagar largo y tendido, así que mejor será esperar a ver por donde sale el presidente del BCE, acostumbrados como nos tiene a la cautela en sus palabras.
El que sí ha enseñado ya las cartas es el Banco de Japón, que una vez más se hace trampas al solitario… Pero ojo que no es el único. Aún mejorando las expectativas de crecimiento del archipiélago para este año y el siguiente, no hay grandes cambios respecto a la inflación, terreno en el que se ve obligado a retrasar en el tiempo la consecución del objetivo del 2%. Claro que después de más de dos décadas estancados en el mismo punto, no debemos pedir resultados inmediatos, incluso si estos van dopados.
En términos de resultados del segundo trimestre lo más destacado de la sesión fue Morgan Stanley. El banco norteamericano ha roto la tendencia de sus competidores al haber sido capaz de contentar a los inversores con la cifras publicadas. Además, también destaca por presentar beneficios en la actividades de mercado, eso mismo que Goldman no ha podido.
Buen día.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones
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