La semana pasada estuvo marcada por una clara predominancia de las ventas en los mercados bursátiles. En Europa, brillaron los sectores más defensivos tales como los servicios públicos (+2,59%), consumo básico (+1,45%) y el sector sanitario (+0,53%), que registraron avances. A ellos se les sumó el sector de comunicaciones (+2,45%). Sin embargo, este buen comportamiento sectorial no fue suficiente para sostener a los principales índices europeos, que cerraron con descensos: el Euro Stoxx 50 cedió un 1,86%, el CAC 40 un 1,93% y el DAX retrocedió un 0,58%.
En Estados Unidos, el balance fue aún más negativo, con caídas generalizadas en todos los sectores. Las principales referencias bursátiles cedieron terreno, encabezadas por el S&P 500, que retrocedió un 2,61%. Tanto el Dow Jones como el Nasdaq registraron pérdidas del 2,47%. Además, para los inversores europeos, los números rojos se vieron ampliados por la depreciación del dólar, que cayó un 1,75% frente al euro. Como resultado, la corrección de estos mercados en euros rondó el 4,5% en la semana.
El pasado viernes, Donald Trump recomendó la imposición de aranceles del 50% a los bienes importados desde la Unión Europea a partir del primer día de junio. Esta medida la justificó porque Estados Unidos tiene un déficit comercial de unos 250.000 millones de dólares con la economía comunitaria. Además, señaló que todo esto es como consecuencia de diversos impuestos, trabas comerciales y diferentes políticas, como la medioambiental, que dificultan el libre comercio entre ambas regiones. No obstante, todo hace indicar que es una medida de presión para alcanzar un acuerdo rápidamente, porque el margen de maniobra es de apenas una semana.
El otro foco de tensión estuvo en la deuda estadounidense. El miércoles, el Tesoro americano recurrió a los mercados financieros para recaudar 16.000 millones de dólares. La demanda fue más débil de lo estimado, aunque cubrió ampliamente el importe ofertado, lo que provocó que la rentabilidad se situase ligeramente por encima del 5%. Este hecho se dio unos días después de que Moody’s le rebajase el rating un peldaño, desde Aaa a Aa1.
Para más inri, el jueves, la Cámara de Representantes aprobó el proyecto de ley que contempla la extensión de las rebajas fiscales impulsadas por Donald Trump durante su campaña. Aunque aún debe pasar por el Senado, donde podría experimentar modificaciones, algunas estimaciones apuntan a que esta iniciativa podría incrementar la deuda pública en 3,8 billones de dólares durante la próxima década, elevándola hasta los 36,2 billones. En este contexto, el rendimiento exigido a la deuda soberana estadounidense aumentó de forma generalizada a lo largo de toda la curva de tipos. Especial atención merece el bono a treinta años, cuya rentabilidad se situó en torno al 5%, llegando incluso a superar puntualmente este umbral psicológico.
En el ámbito macroeconómico, la semana se saldó con datos mixtos a ambos lados del Atlántico. En Europa, el PMI de servicios de mayo de la zona euro sorprendió negativamente al situarse en territorio de contracción (48,9 desde el 50,1 anterior), al tiempo que el índice manufacturero descendió hasta el 48,4 desde 49. Por su parte, la evolución de la inflación cumplió con las previsiones, con la lectura general manteniéndose en el 2,2% y la subyacente en el 2,7%.
En Estados Unidos, la economía mostró algo más de dinamismo. Las peticiones de subsidio por desempleo semanal fueron de 227.000 y las renovaciones de 1.903.000. Además, tanto el PMI manufacturero como el de servicios se situaron en 52,3, en ambos casos por encima de las previsiones (50,2 y 51, respectivamente).
Finalmente, esta semana estará marcada por la evolución de las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y Europa, así como por conocer el acta de la última reunión de la Fed. Además, asistiremos a los últimos coletazos de la temporada de resultados del primer trimestre con la publicación de Nvidia a la cabeza. Todo ello se da después de que algunas empresas de comercio minorista estadounidenses, como Walmart o Target, han señalado que van a tener que subir el precio de algunos bienes para combatir el efecto de los aranceles. Finalmente, el viernes conoceremos dos variables que podrían afectar al devenir de la política monetaria en Estados Unidos, la evolución del PCE de mayo y las encuestas de confianza económica presente y futura de la Universidad de Michigan.
Feliz semana.