La semana pasada se cerró con un continuo tira y afloja en las relaciones comerciales entre China y Estados Unidos. Los líderes de las principales economías parecen empeñados en declararse la guerra comercial, mientras sus asesores buscan cómo calmar unas aguas que bajan muy intranquilas.
Por otro lado, la otra noticia importante de la semana eran los esperados datos sobre la salud laboral de la principal economía del mundo. Durante el mes de marzo se generaron 103.000 nuevos puestos de trabajo frente a los 313.000 empleos del mes anterior. Sin embargo, el hecho de que los salarios crecieran a un ritmo del 0,3% y un 2,7% en términos interanuales provocó que los analistas interpretaran el conjunto de datos de manera muy dispar. Mientras unos interpretaban las noticias como algo bueno y signo de la dificultad de encontrar mano de obra dispuesta a aceptar las actuales condiciones, había quien era más pesimista y hablaba de la desmotivación que ha provocado «la gran depresión» en el trabajador norteamericano y que les ha llevado a dejar de buscar empleo.
En el punto intermedio se encontraba el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, quien espera que a la fortaleza del mercado laboral le acompañe un repunte adicional de los salarios y que el mismo ayude a que la inflación se acelere durante la primavera por el suave efecto comparativo con el año anterior.
Para terminar, esta semana se conocerán los datos de precios de las principales economías, la confianza de los consumidores americanos de la Universidad de Michigan y las balanzas comerciales de China y la zona euro. Asimismo, se empezarán a dar a conocer las cifras empresariales del pasado trimestre, con un crecimiento esperado en BPA del S&P superior al 15% y al 7% en el caso europeo.
Buena semana.
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