Arrancamos una semana con el mismo optimismo con el que cerramos la anterior. El viernes tuvimos un magnífico día de bolsa que permitió que los índices concluyeran la semana de forma mixta, con los valores de mayor capitalización y los considerados como crecimiento liderando por segunda semana consecutiva.
Dentro del índice S&P 500, el sector inmobiliario, muy sensible a los tipos de los bonos, obtuvo los mejores resultados, ya que las rentabilidades de la deuda pública a más largo plazo disminuyeron drásticamente, tanto en Estados Unidos —1,35%—, como en Alemania —-0,29%—. En cambio, las acciones energéticas fueron las que peor desempeño ofrecieron por las preocupaciones de que los desacuerdos entre los principales productores de petróleo provocarían que algunos violaran las restricciones a la producción. La debilidad de las empresas de medios de comunicación también pesaba en el sector de los servicios de comunicación.
El principal motor de la confianza durante la semana pareció ser el fuerte movimiento que vivimos en la deuda pública, con la rentabilidad a 10 años alcanzando el jueves un mínimo de casi cinco meses, antes de volver a subir algo el viernes. Los inversores en renta variable acogieron con satisfacción la caída, ya que el diferencial entre cupones y dividendos vuelve a favorecer a los activos de riesgo. Además, las expectativas de los resultados empresariales trimestrales que empezaremos a conocer estos días están en máximos históricos.
Con todo, parece lógico que viviéramos el viernes nuevos máximos históricos en el S&P 500 y en el Nasdaq. En Europa nos recuperamos de parte del terreno perdido con las caídas del jueves. La variante delta está haciendo estragos, pero más económicos que sanitarios. Los hospitales están lejos de las imágenes vistas en lo peor de la pandemia, pero el pánico ha vuelto a provocar restricciones a los viajes y la ralentización económica. El virus continúa entre nosotros y no parece que vayamos a tener un verano tranquilo. Sin embargo, alguno debió de olvidarse ayer en Wembley. Ya veremos si los aficionados al fútbol continental se llevan de vuelta a casa algo más que la experiencia de una final emocionante.
En Asia, la región que peor desempeño lleva en el año, la semana ha empezado bien. La relajación monetaria que comentamos el viernes pasado puede suponer una inyección de más de 130.000 millones a su economía, que se unen a las ayudas a pymes, al desarrollo ecológico y la innovación tecnológica.
De cara a esta semana, estaremos pendientes del inicio de la temporada de resultados del segundo trimestre. La banca iniciará un periodo muy esperado por los inversores. También conoceremos el Libro Beige de la Fed, así como el IPC de junio de las principales economías desarrolladas. En China conoceremos el PIB 2T21, la producción industrial y las ventas minoristas de junio.
Buena semana.