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09/07/2021 AUTOR: Jorge González Morning meeting

La debilidad del gitante asiático

Ayer tuvimos un día de difícil explicación. Las bolsas europeas registraron un malísimo día y las norteamericanas también se alejaron de sus máximos históricos. Por buscar alguna explicación, es cierto que este verano no va a ser el que todos esperábamos. La variante delta está arruinando lo que era un camino bien trazado hacia la reapertura sincronizada. Los viajes se están viendo interrumpidos una vez más. Y con ese retraso en el reempleo, la movilidad disminuye, la velocidad del dinero cae y la actividad económica se ralentiza. Los países con bajas tasas de vacunación están sufriendo desproporcionadamente tanto en términos económicos como humanos. Los japoneses dejarán los estadios vacíos durante los Juegos Olímpicos. Incluso el Reino Unido, una de las naciones más vacunadas, ha ampliado las medidas de control de la pandemia. Nuestro gozo en un pozo.

Pero seamos sinceros: la variante delta no llegó ayer, ni siquiera la semana pasada… Y eso no impidió que los mercados cotizaran en cifras no vistas, ya fuera en la historia o en mucho tiempo. Así que suena más a excusa que a una justificación real de lo que sucedió ayer.

Por otro lado, teníamos noticias de los bancos centrales. Los tipos de interés bajos no tienen pinta de que vayan a desaparecer de nuestras vidas en los próximos años. En el caso europeo, el BCE ha decidido elevar su meta de inflación al 2% a medio plazo, dejando espacio para sobrepasar ese umbral durante “un periodo transitorio en el que se sitúe moderadamente por encima de ese objetivo”. Lo que se traduce en que las referencias del precio del dinero se van a mantener inalteradas por muy alto que llegue el IPC de manera transitoria.

Pero los inversores debieron de apoyarse en las notas de la última reunión de la Reserva Federal, que dejaba la puerta abierta a la posibilidad de cambiar las condiciones acomodaticias y reducir el ritmo de compra de activos antes de lo que esperaban anteriormente. Entiendo que alguien haya podido recuperar la esperanza de que el organismo vaya a dejar intervenir el mercado, pero a mi parecer las palabras fueron un poco ambiguas y en ningún caso debieron desencadenar una fuerte corrección.

Por último y por si fuera poco, el Banco Central de China volvía a mostrarse dispuesto a flexibilizar su política monetaria. Lo que el mercado interpretó como una debilidad del gigante asiático. Y eso que no modificó en absoluto su política, simplemente comentó que podría reducir el coeficiente de reserva de los bancos. Pero es lo que tienen la retórica y los mercados, que un cambio brusco del tono del mensaje puede llevarse por delante el trabajo bien hecho durante los últimos quince meses.

Con todo, y como ya hemos comentado, los mercados de acciones sufrieron un serio revés, sobre todo en las plazas españolas e italianas. Por su parte, el dinero acudía en tromba a los mercados de renta fija, en especial al bono americano a diez años, que llegó a cotizar en 1,25% y al alemán, que lo volvemos a ver en -0,3%. El euro perdió la cota de 1,18 frente al dólar y el petróleo mantiene su senda al alza. Lo que parece inalterado es la volatilidad, que a pesar del repunte de ayer se mantiene por debajo del 20.

Durante la jornada de hoy tendremos la reunión de ministros de finanzas del G-20.

Buen fin de semana.

Jorge González Gómez
Director de Análisis

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