Comenzamos la última semana del mes de mayo, cargada de alto contenido político tras la celebración de elecciones en Europa y la dimisión de Theresa May. Todo ello, sin novedades desde el frente comercial tras las suspensiones de suministro tecnológico a Huawei.
Empecemos con los resultados:
Seguimos invertidos en una cartera con una exposición moderada a activos de renta variable, aproximadamente el 34%. De ella, el 65% la seguimos concentrando en Europa y 25% en Estados Unidos, correspondiendo el resto, fundamentalmente, a Japón y mercados emergentes. Los activos de renta fija, por su parte, continúan estando más centrados en emisores corporativos (34% de la cartera), al continuar sin atractivo las rentabilidades ofrecidas por los bonos de gobiernos. No hemos hecho operaciones de ajuste de relevancia, salvo la compra de opciones call vendidas, que en su momento nos permitieron aminorar los costes de las coberturas que hicimos sobre los principales índices, y que aún mantenemos en cartera.
Las últimas sesiones han seguido estando dominadas por tintes geopolíticos. El domingo pasado se celebraron las elecciones al Parlamento Europeo. Aunque la fragmentación se ha seguido manifestando, se conserva una clara mayoría europeísta. En el Reino Unido se inicia la carrera por el sucesor conservador de Theresa May, del que todo apunta exhibirá una mayor predisposición a ejecutar un brexit rápido, lo cual no debe interpretarse de forma negativa, sino todo lo contrario, al permitir que los agentes económicos planifiquen con mayor precisión sus decisiones, ya sea de consumo o inversión.
Las negociaciones comerciales son el otro frente en el que, sin duda, el mercado está manifestando mayor desconfianza. La retirada de servicios relacionados con software y productos de hardware a Huawei por parte de compañías americanas ha echado gasolina al fuego, que ya se encendió hace varias semanas con el establecimiento de aranceles por parte de Estados Unidos. En varias ocasiones China ha advertido de que no negociará “con una pistola en la cabeza” y, desde luego, parece que se ha entrado en una fase de estancamiento. Sin embargo, pensamos que las partes son conocedoras de las negativas consecuencias económicas de este impasse, razón por la cual, nuestro escenario base sigue ponderando la consecución final de un acuerdo que favorezca un intercambio comercial más equilibrado entre las partes.
Mientras tanto, la semana pasada continuamos detectando mayor deterioro en los principales indicadores adelantados, PMI e IFO alemán. Un escenario de desaceleración en el crecimiento parece no justificar el pago de múltiplos más altos en la renta variable y, por tanto, un incremento significativo de exposición de la cartera.
Recuerden: si las letras del Tesoro ofrecen rentabilidades negativas, no hay retorno sin riesgo y, como siempre, “Tengan cuidado ahí fuera”.