Aún no ha sido proclamado presidente, pero parece que muchos ya han puesto a planear la sombra del impeachment sobre Donald Trump por salirse del guion. Curioso.
Especialmente porque nadie tiene la menor idea a día de hoy del camino que elegirá el magnate, el del más puro libre mercado o el de la protección de «lo nuestro», el de la alianza atlántica o el del amigo ruso, el de la persona o el del personaje…
Donde ha habido más unanimidad es en las expectativas de inflación, aunque, como siempre, existen disidentes que no se dejan seducir con facilidad. Pero los que sí son mayoría. Así se leen, por ejemplo, las intervenciones de los miembros de la Reserva Federal, casi todas ellas encaminadas en el mismo sentido de aceptar como ciertas las tres subidas de tipos para este año. También de las actas de la última reunión del BCE se desprende la posibilidad de que las nuevas políticas fiscales de EEUU (si se cumplen) pueden desembocar en un repunte de la inflación en Europa, algo ciertamente necesario.
Precisamente es la inflación la guinda que falta al actual entorno macroeconómico en la zona euro, porque los indicadores que se publican no paran de mejorar. Representando esa tendencia, en el día de ayer tenemos que el PIB alemán para todo 2016 fue el más alto en cinco años, que el IPC francés crece con la moderación que se puede esperar y que la producción industrial de todo el bloque superaba las expectativas al alza.
China ha puesto esta madrugada la nota disonante tras conocerse un superávit comercial tirando a peor en dólares. Sigue siendo superávit, sí, pero de la misma manera que las importaciones prácticamente se reducen a la mitad, lo que habla del consumo dentro del gigante, las exportaciones se desploman con una caída del 6% en diciembre.
No nos vamos sin poner la alerta sobre Fiat-Chrysler, candidato a suplir a Volkswagen en el escándalo del dieselgate tras la acusación de las autoridades de EEUU.
Buen fin de semana.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones
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