Buenos días,
Europa mira a Italia con gesto ceñudo, intentando asimilar el resultado electoral de ayer con dos claros vencedores: los populismos del cómico Grillo y del eterno Berlusconi, que dejan un mapa político incierto, ingobernable, “a la italiana”. Y donde esperaban que saliese un Gobierno de coalición entre el Partido Demócrata (liderado por Luigi Bersani) y el de centro-derecha liderado por el exministro Monti que continuase las reformas iniciadas, se resolvió con la pérdida del Senado a manos de Berlusconi (la compleja ley electoral beneficia a su partido en esta cámara), lo que arrastrará posiblemente a unas nuevas elecciones, sumiendo a los mercados en una incertidumbre traducida en caídas en las bolsas americanas anoche, en las asiáticas esta madrugada, y suma y sigue en Europa…
¿Y por qué nos afectan tanto las elecciones en el país transalpino? Se trata de la tercera potencia de la zona euro, la siguiente ficha del dominó después de España, y su inestabilidad afecta a nuestros mercados, especialmente al de renta fija ante un deterioro de nuestra prima de riesgo
Por su parte, EE.UU., interpreta su propia versión de desavenencias políticas ante la falta de acuerdo entre demócratas y republicanos para evitar los recortes de gasto automáticos que se articularán el 1 de marzo. Y en mitad de este escenario hoy llega Ben Bernanke, presidente de la Fed, al Comité Bancario del Senado de los EE.UU., para hablar —esperemos— de su libro, que es aquél en el que se defiende la actual política expansiva hasta que el desempleo del país descienda significativamente. No es tanto que las palabras de Bernanke en apoyo a la economía puedan tranquilizar al mercado, sino que la ausencia de las mismas lo pondrían más nervioso.
En el plano macro, desde EE.UU. confianza del consumidor de febrero, índice Case-Shiller de precio de la vivienda de diciembre, y ventas de vivienda nueva en enero. Antes, desde Italia subasta de letras a 6 meses, casi nada.
Montserrat Formoso Fraga
Directora de Gestión