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30/09/2016 AUTOR: Amílcar Barrios Vilallonga Morning meeting

Wall Street puso sus ojos en la banca de Alemania

Wall Street puso sus ojos en la gran banca de Alemania

Buenos días.

Todo marchaba sin grandes sobresaltos hasta que la sesión en Wall Street decidió poner sus ojos en la gran banca de Alemania, país que representa el ejemplo de rigor y autocontrol… ¿quizás no tanto, no?

El revuelo sobre la solvencia de Deutsche Bank provoca los movimientos en masa de los inversores, reacios a todo lo que huela a miedo. Envueltos como estamos, en plena tormenta bancaria, hay que lanzar una pregunta: ¿es una minicrisis pasajera como la de principios de año? Claro que ayer no todo fue Deutsche, pues el plan de restructuración y suspensión de dividendo anunciado por Commerzbank no hizo sino alimentar la desconfianza en el sector de la banca continental.

Con todo esto sobre la mesa, acaso el mes que viene se refleje la incertidumbre sobre los bancos en el calendario de indicadores. Porque de momento no hay ningún rastro. Ayer hablábamos del buen comportamiento del Gfk, referente de confianza de consumidores alemanes, y hoy es turno de la ventas minoristas de aquel país, que también plasman una lenta mejora de la actividad.

En otro orden, a pesar de que Janet Yellen volvió a expresarse en el día de ayer sobre la política monetaria, no aportó nada novedoso. Así que la atención fue a parar a la última lectura del PIB del segundo trimestre. La mejora de tres décimas suma otro argumento a la previsible subida de tipos de diciembre, más aún porque la aportación viene tanto del sector exterior como de la demanda interna.

La estabilidad macroeconómica que parece que se está asentando en todos los bloques, ha recibido un nuevo espaldarazo de China, dado que el PMI Caixin de manufacturas ha alcanzado máximos de año y medio, con especial énfasis en el crecimiento de los nuevos pedidos. Claro que no nos íbamos a dejar pasar una sesión sin algún pequeño sobresalto. El IPC japonés no termina de caer y dejar en entredicho las políticas monetarias de comprarlo todo y a todos sin demasiado miramiento.

El último apunte de la semana es digno de hacer una parada. Si el mercado reaccionó con euforia inicial al acuerdo OPEP-Rusia de congelar la producción, ni un día ha pasado para que el ataque de amnesia se pase y recuerden los inversores en qué suelen quedar esta clase de pactos. Por si alguien se pensaba que «esta vez es diferente», de eso nada, pues ya saltaron las primeras voces, entre los propios miembros del cartel, que no terminan de comprender cómo se va a proceder. Y eso por no nombrar el alto índice de traición que revela el historial.

Buen fin de semana.

Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones

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