Los mercados cerraron el viernes una magnifica semana para la renta variable gracias a la esperanza de una recuperación económica más rápida, impulsada por mejores ritmos en los procesos de vacunación contra el coronavirus y por la perspectiva de un mayor estímulo fiscal de Estados Unidos.
Sin embargo, la mejora de las expectativas económicas por parte de los inversores redujo la demanda de los bonos de mayor calidad e impulsaron un aumento de la rentabilidad exigida a la deuda estatal.
Tampoco ayudaban al comportamiento de la renta fija las declaraciones del exvicegobernador Kazumasa Iwata, quien considera que es probable que el Banco de Japón comience a permitir que los rendimientos de bonos del gobierno japonés a largo plazo aumenten al reducir las compras de bonos a largo plazo. Cree que el banco central empezará a permitir que su objetivo de tasa de interés del 0% se mueva más ampliamente. La nota discordante era el bono italiano, que estos días está celebrando la posibilidad de que Mario Draghi asuma las riendas del país.
El viernes pasado se esperaban con cierta ansiedad los datos de empleo de EE.UU. El Departamento de Trabajo informó de que se habían agregado 49.000 empleos en enero, prácticamente la cifra esperada, pero se revisaba a la baja la destrucción el mes anterior de 227.000. También, durante la semana, los inversores vigilaron de cerca la propuesta de estímulo de 1,9 billones de dólares del gobierno de Biden. El martes, el presidente se reunió con los líderes republicanos del Senado intentado conseguir su apoyo, y estos propusieron en cambio un proyecto de ley por un total de 618.000 millones de dólares. Sin embargo, cada vez quedó más claro que los demócratas del Senado estaban dispuestos a seguir adelante solos, ya que requerirían una mayoría simple en la cámara, algo con lo que ya cuentan. De hecho, el viernes, el Senado aprobó una resolución presupuestaria que avanza la legislación que autoriza la totalidad del paquete de estímulo que el presidente Biden había solicitado.
El viernes también nos dejaba muestras del fuerte interés de los inversores por los mercados asiáticos. En Hong Kong, una sobrecontratación sin precedentes por parte de los inversores minoristas para la oferta pública inicial de Kuaishou Technology con una colocación de 5.400 millones de dólares era una nueva demostración del enorme apetito de inversores por las compañías tecnológicas chinas. Las acciones de la aplicación de vídeo aumentaron un 161% en su debut, convirtiéndolo en la mayor salida a bolsa desde que Uber comenzó a cotizar en 2019. La empresa, respaldada con el gigante Tencent, queda tras la operación valorada en 158.656 millones de dólares o 132.385 millones de euros.
Por último, estos días se celebrará un deslucido Año Nuevo chino. Después de los nuevos brotes de coronavirus en el norte de China, varias ciudades importantes han endurecido las restricciones de viaje y los requisitos de pruebas antes de las festividades del Año Nuevo Lunar, normalmente la época de mayores desplazamientos del año. En un año normal, unos 280 millones de trabajadores migrantes viajan a sus hogares desde su lugar de trabajo. En esta ocasión se espera una reducción del 60% respecto a las cifras de 2019, hasta situarse en mínimos de casi veinte años. Sin embargo, esto no tiene por qué suponer una noticia tan negativa, ya que podría beneficiar a los sectores industriales que otros años sufren un fuerte parón.
Buena semana.