Buenos días.
En esos momentos de dificultad siempre viene bien una mano amiga. Y si el mercado está poniendo en entredicho la viabilidad del sector bancario europeo, que mejor que un informe del FMI, en el que termina de triturarlo. Lo peor no es lo poco acertado del timing, sino que razón no le falta, porque no puede haber tanto banco para tan «poca gente», dicen. Finanzas por un lado e inmigración por el otro, el brexit va cogiendo un tono más áspero cada día que pasa. ¿Estrategia de negociación? Quizás.
La actividad europea prosigue lenta y voluntariosa. Lo más destacado del día de ayer fueron los datos de PMI de servicios, que desgraciadamente, no han sido capaces de registrar la leve subida que sí reflejaron los de manufacturas. Tampoco hay que hacer sangre, pues la caída es mínima y todavía hay colchón hasta caer por debajo de la frontera de los 50 puntos. Además, las ventas minoristas de agosto ceden una décima, aunque como siempre decimos, no podemos darle representatividad a un solo dato de toda la muestra. Para mejorar las cifras, la confianza empresarial alemana es otro de los muchos indicadores adelantados que están plasmando que el brexit, por el momento, no es un drama para nadie, lo que no quiere decir que pueda cambiar más adelante.
EEUU está ahora más pendiente del huracán Mathew que de la Fed o de Clinton-Trump, pero a nosotros nos toca hablar del calendario de indicadores de aquel país. En primer lugar, porque el comportamiento del ISM del sector servicios fue extraordinario al subir casi seis puntos en un solo mes para situarse en máximos de once meses. En segundo, porque la procesadora de nóminas ADP registra menos puestos nuevos de trabajo, lógico para una situación de pleno empleo técnico. En tercero, porque el déficit comercial se amplía, bueno o malo según se mire. Y en último lugar la mejora de los pedidos de fábrica, si bien aquí tampoco podemos tomarlo como una referencia de peso dentro de una tendencia.
Buen día.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones