Los mercados financieros vivieron una jornada de movimientos limitados, pero con fuerte tensión, marcada por nuevas declaraciones de Donald Trump sobre política comercial. El presidente dejó abierta la puerta a seguir negociando, pero reiteró que no habrá prórroga para los aranceles recíprocos previstos para el 1 de agosto. Esto mantiene a los inversores atentos tanto a los titulares como a los datos económicos.
En Wall Street, el S&P 500 cerró prácticamente plano, al igual que el Nasdaq y el Dow Jones retrocedió un 0,4%. En contraste, el índice Russell 2000, que agrupa a pequeñas compañías, subió un sólido 0,5%. Tanto el MSCI World Index como el Bloomberg Magnificent 7 apenas variaron, en contraste con las subidas generalizadas vistas en las bolsas europeas.
El cobre fue protagonista tras el anuncio de Trump de aplicar un arancel del 50% sobre el metal, impulsando sus futuros un 17% y beneficiando a empresas como Freeport-McMoRan y Southern Copper. En el otro lado de la balanza encontrábamos al sector farmacéutico ante la amenaza de nuevos aranceles del 200% al sector.
El índice del dólar se mantuvo sin cambios, al igual que el euro, que cotizó en torno a los 1,1725 USD. Mientras, en los mercados de deuda era más patente el nerviosismo: los rendimientos de los bonos estadounidenses subieron de forma generalizada. El Treasury a diez años avanzó dos puntos básicos hasta el 4,399%, y el de treinta años llegó al 4,96%. El rendimiento del bono a dos años retrocedió al 3,89%. En Europa, el Bund alemán a diez años se situó en 2,69% y el Gilt británico en 4,63%.
Además, el Tesoro de EE.UU. afrontó una débil demanda en la subasta de bonos a tres años. Aunque el rendimiento se ubicó en 3,891%, la demanda fue pobre: la ratio bid/cover fue de 2,51, casi una desviación estándar por debajo del promedio de un año. La participación de compradores indirectos fue de apenas 54,1%, la más baja desde diciembre de 2023. En contraste, los compradores directos cubrieron el 29,4% de la emisión, el mayor porcentaje en más de dos décadas según datos de Bloomberg. Esta caída en la demanda indirecta para un instrumento de bajo riesgo y relativo corto plazo genera inquietud, sobre todo considerando que el mercado se prepara para una mayor oferta de deuda a más largo plazo en los próximos días, lo que podría mantener la presión sobre los precios.
En las últimas dos semanas, las expectativas de inflación (conocidas como inflation breakevens) han aumentado 26 puntos básicos, un movimiento más significativo que el ocurrido tras el reciente “Día de la Liberación”. Este repunte parece estar impulsado por tres factores: presupuestos fiscales más expansivos, mejores datos económicos y nuevas noticias sobre aranceles. Mientras que los dos primeros factores suelen beneficiar a los activos de riesgo, el tercero representa una amenaza. Aunque este tipo de alza normalmente pasaría inadvertida, toma relevancia al considerar el fuerte repunte del 28% que han tenido los mercados de acciones americanos en los últimos tres meses (equivalente a un 170% anualizado).
Entre las criptomonedas, Bitcoin subió un 0,7% hasta superar los 108.682 dólares, y Ethereum repuntó un 2,58% hasta 2.599. En cuanto a las materias primas, el crudo brent avanzó un 1% hasta 70 dólares por barril, mientras que el oro cayó un 1,04% hasta los $3.301,92 la onza, presionado por la fortaleza del dólar y el alza en las rentabilidades exigidas a los bonos.
Por su parte, se conoció que el secretario del Tesoro, Scott Bessent, viajará a Japón la próxima semana, tras el anuncio de la Casa Blanca de imponer un arancel del 25% a todas las importaciones japonesas desde el 1 de agosto, un punto por encima del 24% previsto en abril. Se abre así la duda sobre si veremos un nuevo cambio de opinión con uno de los principales socios comerciales de EE.UU.
La última cifra de la balanza comercial alemana podría calmar los ánimos en Washington. Alemania registró un superávit comercial de 18.400 millones de euros en mayo, por encima de los 15.500 millones esperados. No obstante, esto se debió a que las exportaciones cayeron menos que las importaciones. Las ventas al exterior bajaron un 1,4% mensual, hasta 129.400 millones de euros, el nivel más bajo en cuatro meses. Esta caída fue impulsada, sobre todo, por una reducción del 7,7% en las exportaciones a EE.UU., su punto más bajo desde marzo de 2022. Las importaciones, por su parte, se redujeron un 3,8%, hasta 111.100 millones de euros, la cifra más baja en cinco meses, con descensos tanto desde la UE (-3,6%) como desde fuera del bloque (-4,1%).
El índice de optimismo de las pequeñas empresas estadounidenses, elaborado por la Federación Nacional de Empresas Independientes (NFIB), se mantuvo estable en 98,6 puntos en junio, igual que en mayo y en línea con lo previsto. Sin embargo, tras esta estabilidad se oculta una ligera erosión del ánimo entre los pequeños empresarios, marcada por la preocupación por los impuestos y la gestión de inventarios. Muchos propietarios creen que sus existencias son excesivas, reflejo de la incertidumbre que generan las políticas arancelarias, que complican la planificación y afectan a la confianza económica futura.
En el plano empresarial, Amazon vio caer sus ventas un 14% en las primeras cuatro horas del Prime Day, en comparación con el inicio del evento del año anterior, según Momentum Commerce. Aunque este año la promoción se extiende a cuatro días, frente a los dos de 2024, los analistas siguen considerando el inicio del evento como un termómetro clave. Algunos consumidores estarían esperando mayores descuentos más adelante. Además, los aranceles han llevado a varios vendedores a reducir su participación. Las acciones de Amazon cayeron un 1,96% en la jornada, mientras los analistas observan de cerca este evento como un indicador del consumo en EE.UU.
Por otro lado, varios grandes bancos presentaron sus previsiones para la segunda mitad del año. JPMorgan advirtió que, con los índices cerca de máximos históricos y el riesgo geopolítico aparentemente descontado, sería prudente reactivar coberturas para el próximo mes. Goldman Sachs elevó su previsión del S&P 500 a 6.600 puntos para fin de año, impulsado por las condiciones monetarias, la fortaleza de las grandes compañías y posibles recortes de tipos por parte de la Fed. Bank of America también revisó su objetivo al alza, hasta los 6.300 puntos, destacando la capacidad de las empresas para mantener sus beneficios.
El día de hoy estará marcado por diferentes acontecimientos no muy importantes relacionados con la política monetaria. Por ahora sabemos que Nueva Zelanda ha mantenido los tipos en el 3,25%. Además, tenemos declaraciones de Luis de Guindos y el acta de la última reunión de la Reserva Federal.
Buen día.