La jornada de ayer es una muestra de nerviosismo y poca creencia en el análisis fundamental sin parangón.
Que el lider de EEUU sea Donald Trump, de por sí, ya es bastante preocupante, pero que a los mercados europeos les preocupe más el conflicto norteamericano-norcoreano que al propio Wall Street es algo que no tiene justificación en ningún libro, ni de teoría económica ni de geopolítica.
Tras las alegaciones del presidente norteamericano por las que no dudará en actuar con «furia y fuego» a cualquier acto que ponga en peligro los intereses del, hasta hace un tiempo, país de las oportunidades, Kim Jong-un ya pone objetivo e incluso posibles prácticas de lanzamiento de cuatro misiles cerca de la base militar de Guam.
Pero a lo que a nosotros nos concierne —y siempre que todo esto no desencadene un ambiente de guerra nuclear— nada tiene por qué cambiar, ni nuestros parámetros de consumo, ni en los beneficios que las empresas seguirán cosechando; en todo caso, muchas de ellas generarían aún más, tenido en cuenta los perniciosos intereses de muchas compañías de defensa.
En lo que a la macro se refiere y que es lo que nos tiene que ayudar a comprender el estado de la economía, más allá de tweets que se los lleva el viento, los datos de ayer fueron buenos. En EE.UU. el más importante fue el de productividad de los empleos no agrícolas, que subía un 0,9% frente a un 0,1% del trimestre anterior. En Europa, el buen registro de producción industrial italiana (1,1% intermensual vs 0,2% esperado) no fue suficiente para evitar ser la región que más caía en la sesión.
Hoy conoceremos el dato homólogo de Reino Unido y Francia, mientras en EE.UU. será importante estar atentos al dato de precios PCE, especialmente teniendo en cuenta que el debate sobre si la economía norteamericana está lista para reducir su balance o incrementar de nuevo el precio del dinero antes de 2018 comienza a coger fuerza.
Buen día.
Pablo Nortes Planas
Dirección de Inversiones