Buenos días.
Ayer otro miembro más del FOMC de la Reserva Federal se apuntó a la corriente que aboga por subir tipos en junio si y sólo si los indicadores económicos lo permiten.
Ya antes de ello los bancos europeos y americanos habían abierto con fuertes subidas gracias a la posibilidad de que los costes de financiación pudieran encarecerse en EEUU. Lo que da que pensar sobre la solidez de estos movimientos no son los volúmenes de contratación, que también, sino el que las actas se publicaran el miércoles pasado y la reacción haya tardado cuatro inexplicables sesiones.
Es cierto que la única referencia macroeconómica norteamericana de peso también ayudó mucho. La venta de vivienda nueva en abril trituró todas las previsiones al multiplicarlas más de seis veces y representa un empuje en un sector económico imprescindible para hablar de mejora de la actividad real. Por su parte, la demanda interna se confirma como el nuevo pilar del crecimiento en Alemania, pues el 0,7% positivo del PIB del primer trimestre no es mayor por culpa de lo que le está restando el comercio exterior neto. Además, el ZEW tuvo lecturas contrapuestas, dado que así como el subíndice de confianza subía nuevamente, el de expectativas futuras económicas alemanas caía a la mitad de lo cosechado en abril.
Ante lo mucho y muy movido que se avecina en Europa durante las próximas semanas y meses, los dirigentes políticos habrán pensado que era mejor dejar solventado con un acuerdo el nuevo tramo de ayuda de la troika a Grecia como así ha sucedido esta madrugada, pues siguen los miedos y las incertidumbres respecto a quién y cómo va a gobernar España, a si el Reino Unido seguirá unido o no dentro de la UE, o si las corrientes críticas con Europa siguen ganándole terreno a las más tradicionales.
Buen día.
Amílcar Barrios Vilallonga
Dirección de Inversiones