Un sorprendente cambio al final del día llevó a las bolsas estadounidenses al terreno positivo, a la espera del informe de empleo del viernes, para evaluar cuán agresiva será la Reserva Federal durante el otoño. Los últimos datos apuntan a una economía estadounidense resistente a pesar de la desaceleración económica del resto de regiones y de la subida de tipos de interés.
El S&P 500 puso fin a su racha perdedora el jueves, que le había llevado a caer durante cuatro jornadas consecutivas y el Nasdaq 100 terminó el día plano. En cambio, los parqués europeos registraban fuertes retrocesos. Por su parte, la deuda pública se desplomó dejando la rentabilidad a dos años de EE.UU. en el nivel más alto desde 2007 y el dólar index en máximos históricos debido a la especulación de que los últimos datos obligarán a la Reserva Federal a elevar los tipos en tres cuartos de punto porcentual en su reunión a finales de este mes. Además, los fondos y ETF de bonos corporativos continúan sufriendo salidas masivas por segunda semana consecutiva, sobre todo en el caso del high yield americano, que ha visto cómo los inversores retiraban más de 10.000 millones desde mediados de agosto. Lo cual es lógico teniendo en cuenta que el índice agregado de bonos globales entra por primera vez en terreno de mercado bajista, ya que ha caído más de un 20% desde los máximos de 2021. Es la primera vez que esto sucede desde la creación de la referencia en 1990. Asimismo, el euro se desplomaba un 1,1% hasta los 0,9945 dólares. De igual manera, el oro retrocedía hasta los 1706 dólares la onza. En cambio, el petróleo retrocedía mucho más y ya se sitúa en torno a los 90 dólares el barril.
En cuanto a los datos conocidos durante la jornada, la producción manufacturera de la zona euro medida por el PMI se redujo, registrando una contracción por tercer mes consecutivo. El declive fue generalizado y muy similar al observado en julio, que fue el más fuerte desde mayo de 2020. Según las empresas encuestadas, los volúmenes de producción disminuyeron debido a una menor entrada de nuevos pedidos, aunque algunas de las empresas continuaron mencionando la escasez de materiales. La demanda de productos de la zona euro volvió a caer con fuerza en agosto y marcó su cuarta contracción consecutiva. Los fabricantes la vincularon a la subida de precios, clientes con exceso de existencias e informes de aplazamientos de pedidos debido a la incertidumbre económica. Los nuevos pedidos de exportación también disminuyeron y el declive se aceleró a su nivel más rápido desde junio de 2020. Por su parte, los niveles de los inventarios en el sector manufacturero aumentaron aún más en agosto. De hecho, a pesar de la menor producción, los stocks de productos terminados crecieron al ritmo más rápido registrado, debido a la falta de nuevos pedidos recibidos. Mientras tanto, los de compras aumentaron a uno de los ritmos más rápidos desde que comenzó la recopilación de datos (en 1997) debido a entregas de insumos puntuales y una menor producción.
En cambio, en EE.UU. el ISM manufacturero se situó en terreno de expansión y se mantuvo estable durante el mes, contrariamente a las expectativas. Pero si miramos con profundidad, el panorama fue mixto durante el mes: debilitamiento del sentimiento sobre la producción, los inventarios, las exportaciones, las importaciones y los precios pagados. Por el contrario, las opiniones han mejorado en los nuevos pedidos, la acumulación de pedidos y el empleo. También es cierto que las empresas grandes y orientadas a la exportación, que conforman el muestrario de este indicador, se han beneficiado más de la reducción de las restricciones al comercio y la producción mundial que las empresas pequeñas y orientadas al mercado interno.
Por su parte, la productividad no agrícola de la principal economía del globo del segundo trimestre se ha revisado ligeramente al alza desde las estimaciones iniciales (-4,6% intertrimestral), pero se mantuvo bajo contracción. La producción se ha reducido un 1,4% y los costes laborales unitarios se han moderado, pero se han mantenido en una tendencia alta: 10,2% intertrimestral tras un 12,7% intertrimestral en el primer trimestre de 2022.
La noticia política de la jornada era el último esfuerzo de Estados Unidos por restringir las exportaciones de chips a China y Rusia, que provocó el aumento de las preocupaciones de que la escalada de las políticas gubernamentales podrían aislar a algunas de las mayores compañías de la industria de semiconductores. Las acciones de Nvidia cayeron hasta un 12% después de advertir que las nuevas reglas sobre la exportación de algunos chips de inteligencia artificial a China pueden afectar a cientos de millones de dólares en ingresos. El índice de semiconductores de la Bolsa de Valores de Filadelfia perdió un 2%, lo que se suma a las pérdidas que han eliminado un tercio de su valoración este año.
Mañana conoceremos los datos de empleo de Estados Unidos del mes de agosto, junto con los datos de pedidos de fábrica y las órdenes de bienes duraderos del mes de julio. En Europa conoceremos los datos de precios de producción.
Buen fin de semana.