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16/09/2022 AUTOR: Jorge González Morning meeting

¿Será una jornada volátil?

Ayer tuvimos de nuevo un mal día para las bolsas del que se salvaron los índices más cíclicos de Europa, como el Ibex y el FTSE 100, pero nada que ver con lo visto el martes pasado. El S&P 500 y el Nasdaq 100 cerraron cerca de los mínimos de la sesión, lo que no suele ser buena señal para el comportamiento de los índices europeos la jornada siguiente. Además, Adobe cayó con fuerza después de pactar comprar la startup de diseño de software Figma en un acuerdo valorado en unos 20.000 millones de dólares. Los rendimientos de los bonos se mantuvieron más altos en todos los ámbitos, con el dos años estadounidense, el más sensible a las políticas monetarias, subiendo ocho puntos básicos hasta 3,87%, el nivel más alto desde 2007.

 

Los informes macroeconómicos de la jornada pintaron un panorama mixto. Las solicitudes de desempleo en Estados Unidos cayeron por quinta semana consecutiva, lo que sugiere que la demanda de trabajadores sigue siendo saludable. Las ventas minoristas aumentaron inesperadamente en agosto, pero los datos mostraron fuertes revisiones a la baja del dato del mes anterior. Por su parte, la producción en las fábricas aumentó ligeramente en agosto, mientras que cayó la producción industrial total, incluida la minería y los servicios públicos. En cuanto a las encuestas, el indicador manufacturero de la Fed de Nueva York, saltó casi a territorio positivo después de caer 42 puntos en el mes anterior. Además, los índices de precios disminuyeron con respecto al mes anterior, mientras que los nuevos pedidos subieron 34 puntos a 4. En cambio, la Fed de Filadelfia publicaba que la mayoría de los subindicadores de corto plazo, ya sea sobre actividad o tendencias de precios, fueron más bajos que en agosto, pero que algunos indicadores con un horizonte temporal más largo (seis meses) mejoraron, en particular los nuevos pedidos. Por último, los precios de las importaciones mostraban una segunda caída mensual consecutiva, lo que ofrece un modesto alivio de las presiones inflacionarias. Excluyendo el petróleo, los precios cayeron un 0,2% desde julio (vs. -0,6% esperado), el cuarto descenso consecutivo, apoyados por la fortaleza del dólar. En el caso europeo, como antesala de la publicación hoy del dato del conjunto de la eurozona, Francia y España revisaban al alza sus datos de inflación preliminares.

 

Los informes se conocieron después de la sacudida que provocó el dato de la inflación en EE.UU. del martes y que provocó un fuerte aumento de las expectativas de subidas de los tipos de interés por parte de los principales bancos centrales. Los operadores de swaps actualmente están descontando un aumento de 75 puntos básicos cuando la Fed se reúna la próxima semana, con algunas apuestas que piensan que el movimiento será mayor.

 

De hecho, ahora mismo el 22% del mercado piensa que lo más probable es que la Fed suba los tipos un 1%, misma cifra que se espera para el regulador suizo y por encima de las expectativas de incremento del 0,75% el caso del Banco de Inglaterra, provocando un nuevo terremoto en los mercados de deuda. La curva americana se ha invertido aún más con el diferencial de 2-30 años alcanzando el mínimo de 22 años, y los rendimientos reales a 10 años rompieron el techo del 1%, cifra no vista desde diciembre de 2018, tras la caída de las expectativas de inflación a largo plazo y el aumento de las rentabilidades exigidas.

 

En renta variable, el incremento de los rendimientos reales comprime las valoraciones, impactando más en los sectores sensibles a los tipos, como las utilities, el sector inmobiliario y las tecnológicas. Pero si hay unos activos que se están viendo señalados por este movimiento, esos son el oro y las hipotecas. El primero ha perdido los 1700 dólares por onza y se sitúa en el nivel más bajo desde abril de 2020. Por su parte, las tasas hipotecarias en los Estados Unidos superaron el 6% por primera vez en casi 14 años.

 

Por su parte, la jornada de ayer nos dejaba un día relativamente tranquilo en el mercado de divisas, siendo los cruces entre el dólar y las monedas asiáticas los que centraban la atención. El yuan offshore se debilitó más allá de 7 unidades por dólar por primera vez desde julio de 2020, mientras el yen se situó en 143,6 por dólar, recuperándose desde los 145 a los que llegó el día anterior y que había provocado señales de que el Banco de Japón estaba preparando una intervención.

 

Hay que recalcar también que el petróleo retrocedía después de que el Departamento de Energía de EE.UU. comentara que su plan para reabastecer las reservas de emergencia no incluye un precio objetivo y que las entregas probablemente no ocurrirán hasta después del año fiscal 2023. Por su parte, los futuros de gas natural también reaccionaban a la baja al otro lado del Atlántico después de que las empresas de ferrocarriles y los sindicatos llegaran a un acuerdo tentativo para evitar una huelga que amenazaba con interrumpir las entregas de carbón, entre otros muchos bienes.

 

Hoy tenemos cuádruple hora bruja: expiran 3,2 billones de dólares en opciones teóricas y habrá un rebalanceo de los índices de S&P y FTSE, lo cual podría provocar una jornada volátil. Además, aparte del IPC de la eurozona, conoceremos el sentimiento del consumidor elaborado por la Universidad de Michigan y tendremos que digerir la batería de datos macro chinos que hemos conocido en las últimas horas.

 

Dichos datos muestran signos de recuperación en agosto, cuando Pekín implementó medidas de estímulo para contrarrestar la desaceleración, aunque la caída del mercado inmobiliario y los brotes de COVID continúan pesando sobre las perspectivas. La producción industrial, las ventas minoristas y la inversión en activos fijos crecieron más rápido de lo que los economistas esperaban. La tasa de desempleo urbano cayó al 5,3%, mientras que la tasa de desempleo juvenil cayó desde un máximo histórico. El impulso a las ventas minoristas se debió en parte a una base de comparación más baja con respecto al año anterior y a un aumento en las ventas de automóviles después de que el Gobierno otorgara a los compradores subsidios para la compra de vehículos eléctricos. La producción industrial también se vio respaldada por un gran aumento en la producción de electricidad durante la ola de calor de agosto, un repunte que es poco probable que se mantenga.

 

Buen fin de semana.

 

Jorge González Gómez
Director de Análisis

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