El viernes cerramos una semana de números rojos, en la que las acciones cayeron ante la preocupación de que el aumento de los casos de coronavirus podría hacer que descarrilase la recuperación económica. Además, algunos inversores vuelven a estar preocupados por la posibilidad de que los bancos centrales puedan endurecer la política monetaria antes de lo esperado para sofocar la inflación. Por su parte, las comparecencias de Powell ante Congreso y Senado permitieron alejar los temores de los inversores de renta fija.
Los datos de crecimiento e inflación estuvieron en el punto de mira durante la semana. Todo vino marcado por la publicación el martes de datos que muestran que los precios al consumidor habían subido un 0,9% en junio en EE.UU., aproximadamente el doble de las estimaciones del consenso. Fue el aumento más rápido en términos interanuales de la tasa subyacente (4,5%) desde 1991. Los precios de los coches y camiones de segunda mano eran nuevamente responsables de alrededor de un tercio del aumento, pero las presiones inflacionistas de dejaron sentir por la mayoría de los consumidores finales: los precios de los alimentos subieron un 0,8% en el mes y los de la gasolina un 2,5%. El lunes, la Reserva Federal de Nueva York informó de que las expectativas de inflación para el próximo año habían alcanzado el 4,8%, la más alta registrada en datos que se remontan a 2013. En cambio, en Europa, las cifras de precio se mostraban en línea con las expectativas.
Los datos económicos de la semana fueron mixtos en relación con las expectativas. La producción manufacturera se contrajo ligeramente en junio, debido en gran parte a los problemas de los fabricantes de automóviles para encontrar chips. Sin embargo, un índice de actividad manufacturera en la región de Nueva York alcanzó un máximo histórico, lo que refleja la fortaleza tanto de los nuevos pedidos como de los envíos. Por su parte, las solicitudes semanales de desempleo en EE.UU. alcanzaron un nuevo mínimo pandémico de 360.000, en línea con las expectativas.
El aumento del escrutinio regulatorio de las compañías chinas de internet que cotizan en Estados Unidos, como Didi Chuxing, siguió preocupando a los inversores extranjeros. Las regulaciones más estrictas de ciberseguridad y antimonopolio de Pekín podrían acelerar la tendencia de las empresas chinas de cotizar en Hong Kong, pero supondría un nuevo sufrimiento para las principales compañías de internet de China.
Esta semana pondremos el foco en la reunión del BCE, los PMI preliminares de julio y, por supuesto, en la presentación de los resultados empresariales del segundo trimestre. Así como en las consecuencias de las inundaciones en Alemania.
Buena semana.
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