Uno de los puntos más llamativos de la semana pasada ha sido la reapertura de la administración federal en EE.UU., que el mercado ha obviado por no ser la primera vez, aunque sí la más larga.
De momento nada, pero diversos indicadores norteamericanos se van a ver afectados y entonces será el momento de comprobar cuál ha sido el impacto real.
Pero mucho más importante es todo lo que ocurre esta semana. En primer lugar y por ser el factor que más ha pesado sobre la actividad global, EE.UU. y China retoman las conversaciones comerciales para finalizar con esta crisis no declarada, que si bien no cabe esperar nada, sí al menos buenas intenciones. Al mismo nivel puede colocarse la reunión de la Reserva Federal, de la que no se esperan cambios sino comprobar el estado de ánimo para los próximos meses, si algo fatalista como han dejado claro las actas de la última reunión del Banco de Japón o manteniendo la fortaleza del lenguaje.
También coge mucha carrerilla esta semana la presentación de resultados, hasta la fecha relativamente buena por no haberse dado muchas sorpresas negativas. Más ruido dará sin embargo la evolución de acontecimientos del brexit, dado que cualquier escenario está completamente abierto y ninguno, por extremo que parezca, está descartado.
Buen día.